Varios sintecho duermen en tiendas de campaña en el terreno de la antigua finca de los Mariño

C. Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Por las mañanas recogen sus pertenencias y acuden a comer a entidades benéficas

23 sep 2022 . Actualizado a las 19:48 h.

En el antiguo terreno de la finca de los Mariño de A Coruña, viven desde hace al menos un mes varias personas sin techo. Lo hacen repartidas en diferentes zonas, ya que algunas ocupan los soportales bajo el paseo marítimo, mientras que otras están asentados en la cúpula.

Para dormir, los indigentes utilizan tiendas de campaña, aunque durante el día las desmontan. «Debajo de la cúpula hay un señor muy educado. Por la mañana recoge todo y deja sus cosas debajo de los bancos», apunta un vecino que acude a la zona para pasear a su perro. El hombre indica que el sintecho no causa ningún tipo de problema a los que frecuentan el área. «Viene a dormir y por el día acude a entidades benéficas para asearse y comer. Además, lo han venido a visitar voluntarios de la Cruz Roja para ofrecerle ayuda», manifiesta.

Otra de las personas que se han visto obligadas a buscar refugio en la calle es una coruñesa, pendiente de recibir una ayuda para sufragar los gastos de una habitación de alquiler. «Desde hace dos meses no tengo casa y estoy a la espera de que me concedan la prestación para poder mudarme el mes que viene. Si todo va bien, en septiembre ya estaré en un piso y en diciembre me concederán la ayuda del ingreso mínimo vital», explica la sintecho, que está acompañada de su pareja, de origen marroquí. «Hay otros chicos también de Marruecos, que apenas hablan español y no han tenido más remedio que buscar un sitio para dormir en la calle. Aquí no molestamos a nadie y por las mañanas dejamos todo recogido», señala la mujer, usuaria de la Cocina Económica.

Suciedad por el botellón

A pesar de que los que acampan en la zona se preocupan de no ensuciar el terreno, el área es también frecuentada por grupos de jóvenes que se juntan para hacer botellón y no recogen los residuos. «Las rocas están llenas de botellas y cristales rotos que deja la chavalada que viene a beber debajo del paseo», señala otro paseante.