«Quise conectar con la cultura serpa y acabé conociendo a mi alma gemela», dice Xiana Siccardi

Carla Varela / A. A. A CORUÑA

A CORUÑA

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La escritora catalana presenta hoy su última obra en la feria del libro de A Coruña

06 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Viajar. Esto era lo que la escritora Xiana Siccardi (Barcelona, 1978) necesitaba hace cinco años. Para ella es la mejor medicina, «es importante caminarse por dentro», afirma la catalana. En el 2017 llegó por primera vez a la cordillera del Himalaya. Allí, su aventura dio un giro inesperado. La vida de los serpas, grupo étnico que vive en las montañas de Nepal, fascinó a la joven. No dudó en interesarse  por su vida y tradiciones. «Quise conectar con la cultura serpa y acabé conociendo a mi alma gemela», dice con entusiasmo.

Allí conoció a Lakpa Nuru, un joven serpa que se convirtió en uno de sus grandes amigos. Decidieron escribir a dos manos la historia de esta etnia y enseñársela al mundo occidental.  «Quisimos construir encima de nuestras diferencias y crear algo nuevo, más bonito y más grande», recuerda ella. Su libro hace que nos preguntemos cómo puede ser que dos personas tan diferentes hayan podido conectar de esa manera. Xiana asegura que «no solo hemos conseguido hacer un libro juntos, también logramos crear un proyecto de vida a medias». 

Todo lo que aprendió allí lo quiso plasmar en su obra. En un principio la escribió para ella. Resultó ser una historia tan bonita que acabaron escribiéndola a cuatro manos. Sherpas, la otra historia del Himalaya, es un libro para gente que «piensa que la vida es algo más», cuenta ella.  Xiana, su compañero, Lakpa Nuru, y el editor, Eduardo Riestra, estarán hoy a las 18.30 horas en la feria del libro de A Coruña.

Durante el tiempo que estuvo en Nepal aprendió muchas lecciones de vida. La primera de ellas es que «no hay que tener miedo a las cosas, no podemos controlarlo todo», apunta Xiana. Dice, además, que el miedo hace que te hagas muy pequeño. 

A la joven le fascinó el respeto que ellos tienen por la naturaleza, lo comparó incluso con la relación que los gallegos tienen con su tierra. «En Galicia hay una tradición muy grande de poner en valor la tierra», afirma. También se atreve a aventurar que «en eso los gallegos se parecen a los serpas». 

Para terminar quiso destacar la importancia de «aprender a viajar mejor, porque cuando la gente viaja a cualquier sitio un poco exótico, «se suele tratar mal a la gente local, la superioridad occidental se apodera de nosotros», cuenta decepcionada. Recalca que «tenemos que aprender más de ellos y no ir con un chip de superioridad».