Desalojan uno de los dos pisos okupados en la calle Barrera de A Coruña y detienen a un joven

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La persona que usurpó el primero continúa en la vivienda con la electricidad enganchada al bajo

24 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El número 30 de la calle de la Barrera tiene 4 pisos. El primero está okupado y el segundo lo estaba hasta ayer, cuando el allanador fue desalojado por orden judicial y ante la presencia de una veintena de agentes antidisturbios de la Policía Nacional. Se presentaron a las diez de la mañana, llamaron a la puerta y, pese a que se escuchaba gente en el interior, no abrieron, por lo que tuvieron que llamar a un cerrajero. Ya dentro, se toparon con cuatro personas. Una de ellas no tenía identificación alguna y se la llevaron detenida. Los otros recogieron sus enseres y se fueron.

El que no se fue porque no se lo pidieron ni había orden de desalojo para echarlo fue el del primero, que siguió el operativo asomándose de vez en cuando a la ventana. Su presencia tiene los días contados. El proceso de desahucio avanza en los tribunales y pronto se resolverá. Pero mientras, continuará ahí. Enganchado a la luz del bar que funciona en el bajo y que de vez en cuando se queda a oscuras por la precaria instalación eléctrica que tiene ese primer piso enganchado al suministro.

Pero el okupa no solo roba luz, también la tranquilidad del vecindario. Denuncian la presencia de toxicómanos entrando y saliendo del edificio y temen que causen un incendio en una calle en la que los edificios son de madera.

El inmueble de la calle Barrera pertenece a cinco propietarios. Uno por piso, más el del bajo, donde funciona uno de los bares más clásicos del tapeo coruñés. El primero continúa okupado desde enero y su propietaria está a la espera de que se resuelva la demanda de desahucio. El segundo fue desalojado ayer. El tercero es el que pertenece al Ayuntamiento. Fue uno de los seis pisos que adquirió el gobierno local de la Marea en el polémico concurso anulado por irregularidades. Pagaron por él poco más de 60.000 euros. El plan social se anuló y el proceso de judicializó al reclamarle a los vendedores las cantidades abonadas por las compras. Esta vivienda no cumplía el requisito de que no podían tener habitaciones ciegas, cuando en la zona de la Pescadería la mayoría de viviendas carecen de ventana en alguna estancia. Dos de las seis viviendas fueron compradas a un firmante del manifiesto fundacional de la Marea Atlántica. Y el cuarto pertenece a una familia que hasta ahora se libró de los okupas.

El Ayuntamiento convocó a todos los propietarios en enero y el mes que viene volverán a hablar. Mientras los dueños exigen que el edificio, una vez desalojado por completo, debe ser rehabilitado de arriba a abajo, el gobierno local prefiere que la reforma se limite a unas obras de conservación.

Los propietarios también apuestan por instalar un ascensor y hacer el inmueble accesible. De hecho, el Ayuntamiento, de querer usarlo como vivienda social, tendrá que eliminar las barreras arquitectónicas.