Una mujer será juzgada tras ser sorprendida en el aeropuerto de Alvedro con 384 pastillas procedentes de Santo Domingo
20 may 2022 . Actualizado a las 18:08 h.
Agentes del departamento fiscal de la Guardia Civil del aeropuerto de Alvedro observaron en agosto del 2020 una maleta procedente de Santo Domingo que algo extraño tenía que les llamó la atención. Le pidieron a su propietaria que la abriese y en ella aparecieron decenas de cajas con un caballo blanco pintado. Cuando miraron qué clase de medicina era esa, descubrieron que contenía unas pastillas en forma de rombo y de color azul. No había que ser discípulo de Ramón y Cajal para saber que aquello era viagra. O simulaba serlo. En total, había 384 comprimidos. Preguntada por qué viajaba con semejante cantidad de cápsulas contra la disfunción eréctil, respondió que su primo le había pedido que le trajese un paquete y que no sabía de qué se trataba. La mujer fue puesta a disposición judicial como investigada por un delito contra la salud pública. Al tratarse de viagra y no de cualquier sustancia estupefaciente, la pena va de los seis meses a los tres años de prisión. Pronto será juzgada. Defendida por el penalista Diego Reboredo, la procesada se mantendrá en lo que dijo en su día, que no tenía ni idea de que la encomienda de su primo escondía cápsulas contra la impotencia. Que funcionen o no, será cuestión de probarlas. El laboratorio comprobó que tenía componentes similares a los del conocido medicamento.
La mujer fue detenida el 17 de agosto del 2020 nada más bajar del avión que la trajo de Madrid en un vuelo procedente de Santo Domingo, donde nació la investigada, si bien reside en A Coruña desde el 2017. Fue al mediodía cuando los agentes de Aduanas le pidieron que les mostrase sus pertenencias. No hubo que romper la valija. Las cajas solo estaban envueltas en ropa, por lo que fue fácil descubrir el pastel.
El negocio de la venta de viagra en el mercado negro está en auge. Al ser necesaria una receta para adquirirla, son muchas las personas que recurren a internet o a individuos que las adquieren en otros países donde no es necesaria la prescripción médica. El envase original en la farmacia cuesta 60 euros. Si es genérico, 20. Lo que se pide en la calle por una sola pastilla.