Bañistas en Riazor y 5.000 cruceristas en la Marina en el primer sábado con temperaturas veraniegas

almudena santos A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Abarrote en los establecimientos hosteleros y gran afluencia a las playas, atípica en esta época del año

01 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Acompañaron el sol y las altas temperaturas, 20 grados que midió la estación de MeteoGalicia en la torre de Hércules —inalcanzables algunos días de verano—, y que sumados a la jornada de sábado y a los dos cruceros que atracaron en los muelles, sirvieron ayer la combinación perfecta para convertir el centro en un hervidero de familias y turistas.

Dos grandes trasatlánticos amarraron por la mañana en el puerto coruñés, el mítico Queen Elizabeth y el Mein Schiff 4. Llegaron con 3.000 pasajeros y 1.700 tripulantes a bordo. Su entrada puso el colofón a un mes de abril en el que la ciudad recibió 19 barcos en plena temporada alta de cruceros, que se extiende hasta mayo, sufre un parón en los meses centrales de verano y vuelve a recuperarse en septiembre y octubre.

Aprovechando el buen tiempo y el calor, numerosos turistas procedentes de países del norte de Europa como Suiza, Alemania o Inglaterra decidieron desembarcar y pasar el día en la ciudad, aprovechando para sentarse en una terraza y disfrutar de una cerveza con tranquilidad.

Tal fue la afluencia de clientes en los establecimientos de hostelería de las calles próximas a la Marina y María Pita, como Troncoso, Franxa o el Campo da Leña que la mayoría de los locales tuvieron que gestionar largas colas de grupos que querían hacerse con una mesa en la terraza.

No fue el caso de Jennifer, que logró sentarse junto a su marido en un local de O Parrote. Explicó que su plan para pasar el día era «tomar algo e ir de compras». Llegó en el Queen Elizabeth y la escala de A Coruña era la última que disfrutaban antes de regresar a casa después de haber surcado el Mediterráneo y conocido lugares como La Spezia, en Italia, Cartagena o Barcelona.

Otros cruceristas eligieron un plan todavía más sencillo: sentarse en un banco al sol de la Marina y disfrutar de las vistas. Algunos más inquietos se atrevieron a subirse a un autobús urbano para explorar la ciudad durante unas horas. Y tampoco faltaron los que decidieron dar un paseo por la calle Real y echar un ojo por las tiendas. Una de las que más curiosidad despertaron entre los turistas fue Tiger, donde no paró de entrar gente, como Valery, que caminaba con su marido John y decidió curiosear. No era la primera vez que se embarcaba en un crucero la pareja, animada a «disfrutar de la ciudad y del buen tiempo».

Al otro lado del istmo, Riazor y el Orzán llegaron al mediodía con centenares de bañistas desperdigados por el arenal aprovechando la media marea y las buenas temperaturas. Hoy, en cambio, las máximas ya no superarán los 17 grados a causa de la llegada de aire frío a las capas altas que también engordará la nubes.