El Ayuntamiento de A Coruña demolerá casas en ruinas de okupas y traficantes

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Inició los derribos en O Castrillón y agiliza los trámites para eliminar otras decenas de infraviviendas

26 abr 2022 . Actualizado a las 16:57 h.

El palista de una excavadora madrugó este lunes para tirar abajo una casa en ruinas en un descampado de O Castrillón. Los antiguos propietarios se mudaron a otra parte hace muchos años y ahí quedó la vivienda, con la maleza subiendo por las paredes. Como otras en la zona, esta también fue okupada y algunos de los que en ella residieron se dedicaron al trapicheo de droga. Los vecinos se quejaron muchas veces. No solo de ese inmueble destartalado, pero fue este el que primero se pudo demoler. El resto se intentará que se sea pronto. Pero eso ya no depende del Ayuntamiento, sino de los trámites burocráticos y la buena disposición de los propietarios, en caso de que sigan con vida. La que eliminaron este lunes es solo la primera. A partir de ahora vendrán más. Se trata de eliminar todos los focos problemáticos. 

Plan municipal

Erradicación de infraviviendas. El gobierno local tiene echado el ojo a varias casas que no pintan nada donde están ni es bueno que estén. Porque no son más que focos de delincuencia. Lo que se intenta es eliminarlas del callejero, pero para ello se necesitan unos largos trámites, como la declaración de ruina, encontrar a los propietarios o a los herederos y que estos se avengan a sufragar las obras de demolición. 

Otros casos

Dos decenios para tirar las viviendas de San José. Nadie quiere que ocurra lo que sucedió con las viviendas de San José, junto a la refinería. Durante dos decenios fueron cobijo y venta de diferentes clanes de la droga. A finales del siglo pasado comenzaron los trámites para proceder a su derribo y este no llegó hasta el pasado mes de enero. Nadie quiere eso, de ahí que el actual gobierno local, según indican fuentes municipales, se haya propuesto agilizar el papeleo. En teoría, no debería de ser tan complicado ordenar la demolición de una vivienda en ruinas que suponga un peligro para la vida de los que en ella residan. Pero eso tiene sus tiempos. Recortarlos es el reto del Ayuntamiento y en esas están las autoridades con otras casas de O Castrillón, Peruleiro, Os Castros, Eirís o la Sagrada Familia. 

Criminalidad

Miedo y delincuencia en los barrios. Ahí donde hay un piso okupa existe un problema de convivencia. Porque en la mayoría de las ocasiones, eso va de la mano de la venta de droga, lo que no solo llama a traficantes, también a toxicómanos que se pasan el día en la zona buscando dinero, pidiendo o robando, para consumir sus dosis. Recientemente, los vecinos de Os Castros encendieron la alarma. La presencia de, al menos, tres viviendas antiguas y abandonadas habitadas por camellos multiplicó los delitos en el barrio. La gente se encontraba a los toxicómanos pinchándose en los portales, los hosteleros veían cómo se drogaban en las mesas y los robos estaban a la orden del día. La Voz, en su día, mostró las tres casas de okupas a las que todo el mundo achacaba el problema de la delincuencia. Esa presión motivó que la policía desplegara más unidades en la zona, disminuyendo la criminalidad. 

Las zonas más castigadas

Presiones vecinales. Muy cerca de esas casas ruinosas de Os Castros están las de O Castrillón. Entre Casanova de Eirís y Antonio Ríos se concentran varias infraviviendas que los residentes señalan como puntos de venta de droga y problemas de convivencia. Hay picaderos también. Todo se concentra en un descampado donde, aparte de pequeñas huertas que trabajan vecinos del lugar, se levantan, o se caen, varias casas. La mayoría, ocultas bajo la maleza y las silveiras. «Por la noche no hay nadie que se acerque ni, mucho menos, se atreva a cruzar el descampado porque no paran de aparecer drogadictos», cuenta el propietario de un bar de la zona. Desde la asociación vecinal se dice que llevan «más de dos decenios soportando estas casas que quedaron ahí cuando expropiaron el terreno y ahora ha llegado gente problemática. De madrugada salen dando voces y creando problemas», aseguran. Durante el día, tal y como relatan, estos individuos se cruzan con niños, padres, madres y abuelas que llevan a los más pequeños a la escuela y «les increpan, piden dinero, tabaco... la gente ya no sabe cómo reaccionar por el hecho de que hay drogas de por medio», dicen.La solución que piden los residentes de O Castrillón es que «derrumben estas chabolas para que no se puedan refugiar en ellas, pero no se hace nada», comenta el vecino, a la vez que añade que «si la población corre peligro, hay herramientas para actuar en consecuencia». El Ayuntamiento recogió el guante y se comprometió con ellos a eliminar ese punto negro y acondicionar la zona.