El desabastecimiento de materiales hace peligrar los plazos de entrega de viviendas

Elena Silveira / C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Promotores gallegos exigen al Gobierno soluciones para evitar que el coste de la energía condene a sus proveedores al cierre

14 mar 2022 . Actualizado a las 19:41 h.

El mercado está roto. La guerra en Ucrania ha desatado una onda expansiva que apenas ha comenzado a percutir en los pilares que sostienen el tejido productivo gallego. Algunos sectores han empezado a atisbar lo que se les viene encima, como el de la construcción. Aunque ya arrastraban problemas en el último año, por las dificultades de conseguir materiales y los desorbitados precios de los mismos, la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco) alertó este lunes de los problemas en cascada que se avecinan si el Gobierno central no toma medidas inmediatas para aliviar la factura energética de sus proveedores.

Fábricas siderúrgicas, factorías donde tratan el níquel o el aluminio, o factorías dedicadas a la fabricación de ladrillos, cerámica o los aglomerados de madera, que tanto se utilizan en las obras, han tenido que reducir la actividad, cuando no parar directamente, para evitar producir a pérdidas. La gallega Megasa, por ejemplo, estuvo varios meses encendiendo los hornos de noche y en fin de semana, para ahorrar. Pero la semana pasada dijo basta. «No pueden hacer frente a los contratos. Y como ellos, otros muchos», señala el director gerente de Aproinco, Juan José Yáñez. Las empresas de la construcción están tirando del material que los fabricantes tienen acumulado: «En nuestro sector es rarísimo que no tengan acopio de material para 15 días», señala Yáñez. Otra cosa es lo que pase después. «La situación se está volviendo verdaderamente dramática [...] Distintas fábricas, no solo gallegas, de componentes de construcción han anunciado ya la paralización de los procesos de fabricación, cuando no el cierre o la inminencia del mismo.

Menos fábricas abiertas solo significa una cosa: menos materiales disponibles, precios más altos y, como admiten los promotores, la «imposibilidad de cumplir los plazos pactados con nuestros clientes [...] Y ello sin olvidar nunca la situación de paro, los ERTE o preconcursos que todo ello puede acarrear», alerta la asociación en un comunicado.

La entrega de viviendas podría demorarse al no disponer de todos los materiales necesarios para acabar las obras. Aunque el calendario es de obligado cumplimiento, desde Aproinco señalan que este «peligra» si el Gobierno no toma medidas oportunas y de manera inmediata. En último término, la situación podría llevar al «colapso de todo el proceso de promoción y construcción de viviendas», aclaran.

Hogares afectados

¿En qué medida podría afectar a los hogares que han comprado una vivienda sobre plano y están esperando a entrar en ella? Los retrasos no afectarán de modo alguno a la hipoteca, que no se firma hasta que el inmueble está listo y se va a realizar el pago final antes de la entrega. A lo que sí afecta es a la señal, que no se podrá recuperar hasta el plazo que estipule el contrato de compra. Además, retrasos de hasta 24 meses pueden suponer un problema para esas familias que ya contaban con el traslado y habían solicitado el cambio de colegio de sus hijos, por ejemplo. Habrá aplazamientos, aunque «no se puede cancelar un contrato así como así», explica Yáñez.

Ante esta situación «de verdadera emergencia», Aproinco se puso en contacto con el resto de entidades empresariales, tanto a nivel provincial como regional, a través de Feproga, con las correspondientes asociaciones de Lugo y Ourense, y a nivel nacional, todas ellas englobadas en CEOE-Cepyme, para transmitir «la necesidad de solicitar, en sus respectivos ámbitos territoriales, medidas radicales y urgentes para atajar esta situación antes que siga empeorando y afectando fatalmente a la actividad de las empresas promotoras».

Indicaron que las empresas promotoras de viviendas tienen la voluntad de cumplir los compromisos firmados con los compradores de las viviendas. «No hay que olvidar, igualmente, la existencia de unos plazos perentorios en cuanto a la obligación de edificación y entrega impuestos por la normativa legal y plasmados en las licencias concedidas y los contratos de venta correspondientes, para evitar el desabastecimiento y, en último término, el colapso de todo el proceso de promoción y construcción de las viviendas».

Sin presupuestos

Hasta hace poco, un presupuesto de obra no duraba más de un mes, pero es que ahora es imposible cerrar un precio entre empresas de la construcción y proveedores de materiales en el mismo día: «Ya no nos dan presupuestos. No podemos cerrarlos porque no saben si mañana se van a multiplicar por dos o por tres», desliza Yáñez, antes de insistir en que no piden medidas para el sector de la construcción, sino para las empresas electrointensivas que les abastecen.

Precios de los materiales 

En el mes de enero, antes del estallido de la guerra en Ucrania, ya escaseaban ciertos materiales. Además, la Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI), sostiene que los precios ya empezaban a dificultar el cumplimiento de contratos firmados con meses de anterioridad. Así, el acero subió un 33,8 % el pasado mes de enero respecto al mismo mes del 2021. El aluminio un 70,7 %. El cobre un 23,7 %. La madera un 50,7 %. El petróleo un 80,7 % y la energía un 77,7 %.