Isa Villanueva: «No soy una croqueta, no le puedo gustar a todo el mundo»

A CORUÑA

Isabel Villanueva Mariño, comunicadora, youtuber e influencer de A Coruña
Isabel Villanueva Mariño, comunicadora, youtuber e influencer de A Coruña MARCOS MÍGUEZ

Desde el 2010 sube vídeos a YouTube, alguno con un millón de visitas, sobre distintas temáticas

13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es directa, creativa, empática, habladora, extrovertida y nunca se le desdibuja la sonrisa del rostro. «Soy positiva. La vida es la actitud. Intento rodearme de gente que aporte. Soy así por la educación que me han dado», comenta Isabel Villanueva Mariño, que desde hace unos años triunfa en YouTube y en redes sociales con un nombre un tanto complicado, Isashopaholic. «La idea inicial era unir mi nombre con compradora compulsiva o adicta a comprar en inglés, Is a shop aholic. Lo cierto es que no lo sabe pronunciar nadie, así que lo mantengo, para no perder seguidores, pero ahora soy Isa Villanueva», explica esta mujer de Carballo que lleva un cuarto de siglo viviendo en A Coruña. «En el año 1997 me vine para trabajar en El Corte Inglés. Cogí la época dorada. Estuve en la planta de hogar y luego en muebles de baño», relata. Después pasó por Arias Nadela hasta que decidió estudiar en Madrid lo que realmente le gustaba, diseño de interiores. «Estuve dos años. Me encantaba, pero no acabé. Regresé y estuve en Ikea y en distintas empresas promotoras y constructoras trabajando tanto para particulares como para empresas. La creatividad es lo mío», asegura. «También quise ser policía local y oposité, pero por edad solo me pude presentar a una prueba», recuerda esta comunicadora, youtuber e influencer.

Padre encerrado dos años

Mientras charlamos en el café Siboney de la calle Ferrol, su actual pareja espera paciente en otra mesa. Tiene una hija de 7 años, Irene, fruto de una relación anterior. «La vida te da y te quita. Fíjate que conocí a Manu el día 9 de febrero del 2020 y el 14 le diagnosticaron ELA a mi padre, que lleva dos años encerrado porque poco después empezó el confinamiento. Pero le preguntas cómo está y te contesta que genial», confiesa. Es el único momento en el que a Isa le cuesta sonreír y sus ojos se humedecen. Pero enseguida se repone. «Hay que ser como la palmera. Los temporales la hacen tambalear, moverse de un lado a otro, pero, cuando calma el viento, sigue erguida», sentencia. En el 2010 subió su primer vídeo a YouTube. Era de cómo hacer un moño con un calcetín. «La imagen y el sonido eran pésimos. Lo grabé con una cámara de un megapíxel. La gente que me conoce me animó porque soy payasa», reconoce. Ahora tiene dos canales, uno de lifestyle en castellano y O galego mola, con recetas, viajes por Galicia y hasta tienda online. También gestiona redes sociales de otros, y es colaboradora diaria en el programa Estache bo!, que en la actualidad presenta Miguel Mosteiro y en el que actúa como la vecina del cocinero. «También voy cada 15 días al Quen anda aí? con una sección de trucos. Después del parón de la pandemia, Isa está en un buen momento. Busca en el móvil sus vídeo más vistos y de primero va uno de una receta de un bizcocho de zanahoria que supera el millón de visualizaciones. De segundo, uno de manicura francesa. «La clave del éxito es picar piedra. No parar», afirma.

El mundo de las redes

Le gusta pasear, viajar por Galicia y estar en contacto con la naturaleza. Es una apasionada de las manualidades, de pintar... «Estoy intentando ponerle horario al uso del móvil. Ya lo estoy consiguiendo los fines de semana. El mundo de la redes te resta vida. Yo genero contenidos y cuento, por ejemplo, cosas que hago. A veces no sé diferenciar cuándo es trabajo y cuándo es ocio. No utilizo filtros y soy más de vídeos que de fotos. Soy transparente. Cuando me pagan por promocionar un producto indico que es publicidad o que está patrocinado. El 80 % del contenido es gratis, déjame que cobre al menos el 20 % restante. También, como buena influencer, tengo mis haters, mis enemigos y seguidores que me critican. No soy una croqueta, no le puedo gustar a todo el mundo. Pero las críticas no me afectan lo más mínimo», sentencia esta mujer que reconoce que se dispersa mucho. «No soy todo lo organizada que me gustaría», dice. Cocina una gran fideuá y los bizcochos le salen genial. Cuenta su día a día en redes, pero «mis cosas son mías».