Enrique Tenreiro, artista: «Pintar sobre la tumba de Franco es lo mejor que he hecho en mi vida»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

El coruñés ha sido absuelto por su polémica actuación en el Valle de los Caídos

09 feb 2022 . Actualizado a las 11:50 h.

El 31 de octubre del 2018, el artista Enrique Tenreiro ( A Coruña, 1969) se plantó ante la tumba de Franco, en el Valle de los Caídos, y pintó sobre la lápida una paloma con le lema «Por la libertad». Mucho han cambiado las cosas en el Escorial desde entonces. Pero el juicio por esta performance artística no se celebró hasta el pasado 10 de diciembre en la Audiencia Provincial de Madrid. Finalmente, el tribunal absuelve al escultor coruñés, aunque este es consciente de que parte de la sociedad española no lo hará.

—¿Teme a la posibilidad de que la acusación recurra la sentencia?

—Mi abogado, Iván Núñez Amor, sostiene que recurrirán seguro para evitar que esta sentencia pueda sentar jurisprudencia. Yo estoy tranquilo. Daba por hecho que iba a perder, así que no me preocupo.

—Es una sentencia absolutoria pero no unánime.

—Uno de los magistrados votó en contra. Pero las otras dos magistradas establecen en la sentencia que, aunque los hechos tuvieron lugar dentro de un lugar de culto y afectaron a una lápida, cosas que están penadas, en este caso no hay delito porque se trata de la lápida de un dictador, no una cualquiera. Los jueces han entendido que el mensaje que quise lanzar era de paz y reconciliación. Para mi es una victoria no solo personal, sino de toda la democracia de España.

—No vieron los jueces que existiese ánimo de causar daños patrimoniales ni una ofensa a los sentimientos religiosos.

—Es que no había. De hecho utilicé la pintura más fácilmente lavable, que se podía sacar con agua, sin usar productos corrosivos, si no se dejaba pasar mucho tiempo. Y así lo hicieron, la limpiaron con agua a presión. Es más, cuando estaba retenido en el Valle de los Caídos les expliqué a los de Patrimonio Nacional qué tipo de pintura había usado y cómo debían proceder para su retirada. Yo no quería dañar la lápida, solo mandar un mensaje. Y ese mensaje solo tenía sentido si se realizaba en ese lugar. Y en las palabras finales del juicio me dirigí a la familia Franco para pedirles perdón, porque nadie tiene culpa de lo haya podido hacer su abuelo, por muy terrible que esto sea. No fue una cosa personal.

—Sin embargo, tras su actuación, usted sí que recibió ataques personales.

—En la galería Artby's, que tiene obras mías, pintaron «Tenreiro hijo de puta» en el escaparate repetidas veces. Lo que pasa es que el galerista, Camilo Chas, es una gran persona y no quiso presentar denuncia aunque tiene los vídeos de la cámara de seguridad, en los que se ve al que, según me dijeron, es un conocido falangista de la ciudad al que la policía tenía ya controlado. Pero sí que hubo mucha tensión en los primeros meses. Tenía miles de amenazas en el wasap, pero no me iba a poner a denunciar a todo el mundo. Además, seguía firme en lanzar un mensaje de reconciliación para dejar atrás los odios.

—¿Entiende el enfado que provocó su performance?

—Yo entiendo todas las posiciones, los que no entienden son otros que siguen viendo lógico que un dictador esté enterrado con todos los honores en un mausoleo pagado por todos los españoles. Fíjate, allí está enterrado José Antonio Primo de Rivera, y eso hasta puedo entenderlo, ya que al fin y al cabo cayó en la guerra. ¿Pero Franco? Es una situación inimaginable en Alemania o en Italia. Esta sentencia nos hace más europeos.

—Visto el follón que se montó, ¿se arrepiente?

—En absoluto. ¡Pero si es lo mejor que he hecho en mi vida! Al menos en el plano artístico. Y yo no soy de esos que dicen que no cambiarían nada de su vida, yo me arrepiento de muchísimas cosas, me he equivocado infinidad de veces y si pudiera haría un sinfín de cosas de un modo distinto. Pero esta, no. No cambiaría nada. Es algo que da coherencia a mi carrera.

—Aunque lamenta que la paloma que pintó sobre la lápida no le quedó muy bien...

—Ahí tienes razón [ríe]. Me dio mucha rabia, algo que se vio en toda Europa... Si hubiese tenido unos segundos más... Pero me salió una gallina, más que una paloma, la verdad. Era muy complicado, mucha tensión y muy poco tiempo, hice lo que pude.

 

MARCOS MÍGUEZ

«He visto las dos Españas en casa desde pequeñito, y ya va siendo hora de acabar con eso»

Tenreiro sostiene que su polémica actuación en el Valle de los Caídos fue una acción artística con la que quería lanzar un mensaje de paz y unidad.

—¿Se entendió el mensaje?

—Espero que sí. Casi todos los españoles venimos de las dos Españas. En mi caso, desde luego, es así. Mi abuelo paterno era arquitecto republicano, amigo de Azaña y Casares Quiroga, y con el régimen le echaron de su cargo de arquitecto municipal y no le dejaron ejercer durante quince años, hasta que intercedió Alfonso Molina. Y por parte materna, mi otro abuelo era coronel de Franco y luchó en la batalla del Ebro. Así que yo he visto las dos Españas en casa desde pequeñito, y eso le pasa a muchísimas familias. Hay que acabar con eso de una vez, tenemos que dejar esas pesadas mochilas y darnos cuenta de que llevamos más de 40 años de democracia.

—¿Y se entendió que era, ante todo, una acción artística?

—En el juicio tuve que contar mis otras performances. Que en Times Square, en Nueva York, vino la policía y me dejaron hacer un acto artístico; o que me crucifiqué en el Cidade da Cultura de Santiago, para denunciar que se había metido una millonada en esa obra en vez destinar ese dinero para subvenciones artísticas o exposiciones, lo que para mi era crucificar a la cultura gallega. Busco el modo artístico de denunciar. No soy un tío obsesionado con la dictadura, sino un artista que vio la posibilidad de denunciar una situación que no tenía sentido a través de su arte.

—¿Tiene planeada alguna nueva performance?

—Ahora será todo más complicado, porque superar esta no va a ser fácil. Tendré que volver más a lo artístico y dejar las connotaciones políticas a un lado.