Alquiler
Todo tipo de artículos. Desde Oleiros Miguel Barreiro y Manuel Cascudo lanzaron Myur en marzo del año pasado. La propuesta supone una alternativa a la compra-venta de objetos de segunda mano. «Myur surgió porque encontramos un hueco sin cubrir. Nos dimos cuenta de que no había ninguna app de alquiler de artículos de segunda mano. Las había de productos concretos, pero no genérica para poder rentar algo para momentos puntuales», explica Miguel, que destaca que su plataforma permite resolver necesidades concretas. «Si por ejemplo quieres hacer una fiesta en casa encontrarás quien te alquile el equipo de sonido, pero no quien te deja una máquina de hacer espuma o un fotomatón. Así lo tienes todo en la misma plataforma».
La oferta es tan variada que permite a los coruñeses disponer por un día desde una desbrozadora a hasta una paellera. «Trabajamos la necesidad contraria, es decir, la de que tú tengas algo que solo uses una vez al año y así puedes sacarle algo de rentabilidad». Ante la amplia variedad, la plataforma es muy utilizada para rodajes o eventos. «Puedes encontrar desde una Volkswagen transporter clásica, hasta una vespa de los años 60, entonces hay gente que alquila estos vehículos para una sesión de fotos o una boda», señalan los fundadores, que también están detrás de Lecer. A pesar de la buena acogida, Miguel apunta que en España hay poca tradición de alquiler. «Por eso tenemos una función que es publicar una búsqueda. Esto permite que quien busque, por ejemplo, un mueble antiguo, lo solicite de forma que le salté una alarma a los usuarios que publicaron artículos parecidos. Igual tú tienes una pieza de mobiliario que no usas, pero no se te ocurre ofrecer, y alguien quiere justo eso».
Fernando Bruna, profesor de Economía de la UDC: «É un erro englobar todas as apps como economía colaborativa»
Para Fernando Bruna Quintás, profesor de Economía en la UDC, y licenciado también en Sociología y Ciencias Políticas, la digitalización es un proceso «imparable» que supone una oportunidad para la creación de nuevas iniciativas, pero también conlleva riesgos. «Isto solo está comezando, pero hai que ter coidado porque debemos analizar cada nova plataforma que xurde para ver o seu funcionamento, xa que estas novas iniciativas, en ocasións, poden saltar os dereitos laborais e a fiscalidade». Como ejemplo, Bruna señala el caso de Uber. «É unha competencia desleal aos taxistas. Ademais, ese caso sirve para aclarar que a denominada uberización, ou o que é o mesmo, englobar todas estas aplicacións como economía colaborativa é un erro. Nada ten que ver Uber cunha app local que permite aos pequenos comercios contar cunha rede de envío a domicilio».
El profesor universitario tiene claro que Internet es un impulso para el emprendimiento. «Poden crearse redes de colaboración moi interesantes, pero hai que analizar cada caso de forma individual, xa que en teoría a economía colaborativa establece relacións semi-privadas polo que se dificulta o control sobre esas contratacións laborais o que da pé a situacións de explotación». Bruna defiende los nuevos escenarios que la digitalización trae consigo y apela a la necesidad de que la administración pública apoye las iniciativas locales. «Sempre é difícil botar a andar novas iniciativas, polo que é importante que os emprendedores conten con apoio». Igual que apoyo, pide control para saber «o que está detrás de cada nova app ante o baleiro legal actual».