Curiosamente, los últimos cien metros son los más duros, con una pendiente acusada que lleva a la carretera. Todo el mundo la cruza para ver por dónde sigue el Rego Cercido. La mala noticia es que la pista remata ahí, una hora -mínimo- después de haber comenzado a poner un pie delante del otro.
¿Es posible seguir? Sí, desde luego, pero solo para aventureros bien entrenados y, por supuesto, atreviéndose en compañía y con el móvil bien cargado.