Los dos partidos se reúnen a la vez con 20 entidades sociales para fijar un plan hasta el 2026
27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Por el PSOE, los concejales de Urbanismo y Servicios Sociales, Juan Díaz Villoslada y Yoya Neira; por la Marea, su portavoz y su viceportavoz, María García e Iago Martínez. Así, juntos como en un bipartito, los dos partidos que llevan desde septiembre negociando los presupuestos se reunieron ayer con 20 entidades sociales de la ciudad para hablar de política municipal de vivienda.
Cuando comenzó el mandato, en el 2019, ambos partidos firmaron un acuerdo para la investidura como alcaldesa de la candidata socialista, Inés Rey. La Marea denunció en múltiples ocasiones que el PSOE ignoraba el acuerdo. Pero desde el año pasado, cuando los socialistas decidieron sacar los presupuestos con ellos descartando otras opciones, se están produciendo avances. Uno de ellos es la reunión de ayer, en la que se conformó la «mesa social da vivenda». Su objetivo es dar uso a los nueve millones de euros que ambos grupos prevén destinar a políticas de vivienda.
Para ello se elaborará un «Plan municipal para o dereito á vivenda 2022-2026». Si se hace caso a esas fechas, la alianza entre ambos partidos no será coyuntural para aprobar el presupuesto, sino que se prolongaría más allá de las municipales del 2023, quizá con la forma de un bipartito no solo de hecho, sino de derecho.
Del Dillo Ti a la puerta cerrada
Aunque participaron cuatro concejales y se celebró en un lugar público, la reunión fue a puerta cerrada. Solo se podía entrar con invitación, y no se envió ninguna a la prensa. Así que del contenido del encuentro solo trascendió lo recogido en los comunicados posteriores, nulos en detalles.
No es la primera vez que el gobierno local organiza un acto con entidades de la ciudad a puerta cerrada y sin periodistas. El precedente inmediato data de septiembre, cuando se habló de la situación de la seguridad ciudadana en un acto en el mismo centro cívico solo para invitados.
Ayer la Marea se vio arrastrada al mismo formato, que contrasta con las reuniones con vecinos que organizó todo el mandato pasado. El programa de encuentros fue bautizado como Dillo Ti. Fue polémico porque se pagaba con fondos públicos y solo participaba el gobierno local. Pero, aunque en algunos hubo críticas al ejecutivo local, siempre se permitió asistir a la prensa.