Tres párrocos recurren contra el Ayuntamiento de A Coruña para mantener la gestión de la casa Escariz

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

La famosa casa Escariz, en la plaza de Pontevedra, fue promovida y construida por Antonio Escariz Guimarey y años más tarde perteneció al filántropo Manuel Piñeiro Pose.
La famosa casa Escariz, en la plaza de Pontevedra, fue promovida y construida por Antonio Escariz Guimarey y años más tarde perteneció al filántropo Manuel Piñeiro Pose. ANGEL MANSO

Los albaceas aseguran que sufrieron indefensión, aunque el consistorio les informó de los trámites desde el año 2019

12 mar 2022 . Actualizado a las 18:52 h.

El futuro de la casa Escariz, el imponente edificio de los años veinte que Manuel Piñeiro Pose quiso donar al Ayuntamiento, va camino de decidirse en un largo conflicto judicial. Eso es precisamente lo que quiso evitar el filántropo cuando escribió en su testamento: «Prohíbo cualquier intervención judicial en su herencia, y privo de toda participación en la misma al legatario que la origine, sea cual fuere el motivo que para dicha intervención se invoque». Pero el aterrizaje del edificio en los tribunales es el siguiente paso lógico, después de que tres albaceas del testamento presentasen un recurso de reposición contra la decisión del Ayuntamiento de inscribir el edificio a su nombre.

Los recurrentes son tres sacerdotes, los párrocos de las iglesias de Santa Lucía y San Nicolás, y el abad de la colegiata. El letrado que representa a los religiosos entiende que el acuerdo de la junta de gobierno local del 10 de noviembre, por el que se registró la propiedad del inmueble, no se ajusta a derecho porque causa «indefensión» a los sacerdotes.

Los responsables del área municipal de Urbanismo defienden que no existió tal indefensión. En un acuerdo aprobado ayer por la junta de gobierno, recuerdan que los albaceas «ya habían sido requeridos con anterioridad en la tramitación del expediente». Se les enviaron comunicaciones en mayo del 2019, en mayo del 2020 y otra vez en septiembre del 2021, recuerda el documento.

Es más, el Ayuntamiento, «ante la inactividad de los albaceas testamentarios», realizó un nuevo requerimiento el 6 de octubre del 2021. Ese día, el Ayuntamiento se ofreció a pagar la «manda piadosa» que Piñeiro Pose puso como condición en su testamento. El importe de ese mandato asciende a 172.339 euros, que deben ser destinados al cuidado de la sepultura y a servicios religiosos en favor del alma del filántropo, que redactó su testamento en 1938 y declaró, en el primer punto del documento de sucesión, que «profeso la religión católica y dispongo que al ocurrir de mi fallecimiento, se me haga un entierro modesto, con asistencia de veinte señores sacerdotes».

La citada «inactividad de los albaceas», obligó al Ayuntamiento a incluir en sus requerimientos una «advertencia expresa» de que la cantidad para cubrir la manda piadosa se consignaría en sede judicial si no se atendían sus escritos. Cabe recordar que el testamento de Piñeiro Pose preveía que esa cantidad se cubriese mediante los ingresos obtenidos de la gestión de la casa Escariz, que al cabo de 30 años debía pasar al Ayuntamiento. Sin embargo, en 1970 no se completó ese trámite, y aún ahora sigue pendiente, mientras algunos vecinos del inmueble aseguran que llevaban más de una década sin pagar el alquiler de su vivienda.

Esos ingresos tendrían que haber permitido, en 1970, cubrir la «manda piadosa» exigida por Piñeiro Pose. Pero no fue así, y el imponente edificio de 4.400 metros cuadrados ha continuado hasta hoy en manos de los albaceas. El Ayuntamiento, a la vista de la parálisis, depositó en noviembre, en el juzgado decano de Primera Instancia de A Coruña, los 172.339 euros que completarían la única condición del donante. Pese a ello, todo indica que el edificio no será suyo pronto.