Peter Lindbergh y el Novo Chuac de A Coruña

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

11 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas unas semanas tardó Marta Ortega (Inditex) en montar la exposición del fotógrafo Peter Lindbergh... y la sala para la exposición del fotógrafo Peter Lindbergh, que es el gran tema. El desgarrador blanco y negro con que el artista impacta sobre los visitantes adquiere mayor relevancia en ese espacio de muros altos que se apoya en una vieja nave, los silos de Cementos del Cantábrico y algunos contenedores para preservar la esencia portuaria; una sala apta para el gran formato y que quedará en pie para que se pueda exhibir la obra de otros creadores en iniciativas —esperemos— tan interesantes como esta.

Y ahora, un breve ejercicio de cálculo e imaginación: supongamos que esta obra hubiese sido promovida por las Administraciones mediante concurso público. ¿Cuántos años habría durado, con entidades de distinto signo reclamándose firmas de convenios, presupuestos y plazos incumplidos, cruzando acusaciones y culpas por los retrasos y poniéndose zancadillas?

Asistiríamos a cansinos procesos burocráticos; anteproyectos de proyectos, estudios de detalle, licitaciones, una declaración de impacto ambiental que se tramitaría mal, declaraciones de impacto entre los responsables y, en general, un mal ambiente de impacto por la orientación política de Lindbergh, si es que la tenía.

Ahora, alguna voz se alzará para criticar la iniciativa privada que creó la sala de exposiciones del puerto. Suele ser así. Otros la aplaudirán y se preguntarán si no podría tocar otra lotería como esta para darle un empujón de varios años a las obras del Novo Chuac, el puente de A Pasaxe, Alfonso Molina... ¡Vamos!, como si hay que colgar fotos de Lindbergh en los pasillos del hospital o en las farolas de la avenida.