Jon Kortajarena, la nieta de Picasso y Naomi Campbell, en la cena de estrellas con Marta Ortega en el puerto de A Coruña

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA

La modelo británica fue una de las últimas en llegar al evento organizado por la próxima presidenta de Inditex  con motivo de la inauguración de la exposición del fotógrafo Peter Lindbergh. También estuvieron Esther Cañadas y Rossy de Palma

02 dic 2021 . Actualizado a las 13:35 h.

Fue una noche de estrellas. La última en aparecer en el puerto coruñés fue Naomi Campbell, la mítica modelo, una de las más fotografiadas por Peter Lindbergh. Y es que Marta Ortega decidió organizar una exclusiva cena con motivo de la inauguración de la gran exposición dedicada al legendario fotógrafo, autor de la foto de la boda de la próxima presidenta de Inditex con Carlos Torretta. No faltó detalle. Fue como una versión mini de su enlace. Esta vez no fue en el Náutico, sino en unos reacondicionados silos de Cementos del Cantábrico y una antigua nave ubicada en el muelle de Batería. Tan original como la puesta en escena, en la que predominó el blanco y negro en un ambiente mágico con proyección de imágenes que forman parte de la muestra Untold Stories que abrirá sus puertas al público el sábado.

Además de la diosa de ébano hubo otros rostros conocidos, como Jon Kortajarena, con bigote. También estaban Rossy de Palma, Esther Cañadas, toda la familia de Pierpaolo Piccioli, diseñador de Valentino, el fotógrafo gallego premio nacional de fotografía, Manuel Vilariño, o Diana Widmaier Ruiz Picasso, nieta del artista que hace más de un siglo pasó unos años en A Coruña no muy lejos de donde este miércoles tuvo lugar la gran fiesta. El cineasta italiano Luca Guadagnino, director de películas como Call Me By Your Name y Suspiria, también asistió a la cena privada, que contó con la presencia del arquitecto Vincent Van Duysen y el marchante de arte e interiorista Axel Vervoordt, que ha decorado las casas de clientes como Kim Kardashian y Kanye West, Bill Gates, Sting y Robert de Niro. También estuvo presente Marie Sophie Wilson, modelo de casi sesenta años que es la nueva imagen de Zara.

Durante la tarde, en el aeropuerto de Alvedro aterrizaron cinco jets privados con invitados al evento, dos de los cuales pernoctaron en Lavacolla. Antes de las ocho de la tarde el puerto de A Coruña se convirtió en un ir y venir de coches con cristales tintados. El trayecto entre el hotel Finisterre y la antigua cementera fue un desfile de famosos, que tuvieron que hacerse una PCR antes de entrar. La invitación ya lo indicaba por escrito: prueba del covid a las 15 y cena a las 19.30.

En una velada tan estrellada el encargado de cocinar no podía ser otro que Javier Olleros, el único chef gallego con dos estrellas Michelin. Elaboró un espectacular menú con la ayuda de otros profesionales, entre ellos Albert Adriá, hermano de Ferrán y también con una estrella por su local de Barcelona. Hubo música en directo y todo lo que se puedan imaginar. Por las stories de Instagram que algunos de los invitados subieron a redes la cena-fiesta-exposición es de las que se recuerdan durante muchos años. El modelo Mateo Bou Bahler lo confirmó esta mañana: «La exposición  es increíble. Lo pasamos genial en la fiesta. La exposición, el lugar, como estaba puesto...», comentó a las puertas del hotel Finisterre donde se alojaban muchos de los selectos invitados. A algunos se los pudo ver pasear esta mañana por la Marina y el entorno del puerto.

La próxima presidenta de Inditex también se acordará de que su primera gran celebración como tal fue en el puerto, en un ambiente increíble, y rodeada de imágenes de su admirado Lindbergh, fallecido en el 2019. Su hijo, Benjamin, que dirige la Lindbergh Foundation, formaba parte, como no podía ser de otra forma, de la exclusiva lista de invitados. «Es una exposición importante porque fue la última de mi padre. Trabajó en la selección durante más de dos años sin ayuda de comisarios. Es un trabajo muy introspectivo y es su proyecto más personal», aseguró esta mañana, ya después de la celebración. En lo que fue una auténtica noche de ébano.