La alta velocidad llegará a A Coruña cuatro años antes que la intermodal

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Los retrasos y cambios en el proyecto impiden que las obras estén licitadas

19 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La alta velocidad llegará a la ciudad si nada se tuerce el 21 de diciembre. Una fecha ansiada desde hace años y, aunque será de una manera intermedia hasta que el próximo verano estén en funcionamiento los trenes Avril, se producirá mucho antes de que A Coruña tenga la estación intermodal, que deberá mejorar la conectividad entre los viajeros de autobús y ferrocarril mediante su unión en una misma infraestructura.

Las previsiones actuales que se manejan señalan que la parte de la infraestructura ferroviaria no estará concluida antes del 2025, prácticamente cuatro años después de que la alta velocidad haga acto de presencia por primera vez en la ciudad.

Esto, si todo va bien, pero teniendo en cuenta el historial de esta infraestructura todo indica que se debe ser prudente con estos plazos. Ahora mismo, la intermodal se encuentra en un momento clave en el que las diferencias administrativas y de proyectos parecen haberse dejado atrás después del cierre del acuerdo económico relativo a la ejecución de la terminal de autobuses, el aparcamiento y elementos comunes.

Así, el próximo reto, y que debería ser definitivo, será la firma del convenio correspondiente a estas cuestiones entre todas las Administraciones implicadas: Ayuntamiento, Xunta, ADIF y Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

En el inicio de las conversaciones acerca de esta infraestructura se planteaba que las obras se hubiesen licitado en el 2019 y que estuviesen finalizadas en el 2021, pero lo cierto a estas alturas es que faltan documentos por rubricar y luego poder iniciar los procesos de contratación para la terminal de autobuses, la parte ferroviaria y los accesos.

El gran parón

En el actual mandato las gestiones se han acelerado y deberían fructificar de manera definitiva en las próximas semanas, pero durante la etapa de la Marea el gobierno local introdujo cambios tanto en el proyecto como en el convenio con los que se trabajaban hace años, sin enviar una nueva propuesta hasta noviembre del 2018.

Los vaivenes que sufrió el proyecto obligaron a la Xunta a modificar sus propuestas y desplazaron la estación intermodal coruñesa al vagón de cola de estas infraestructuras en Galicia.

De hecho, la estación coruñesa es una de las más retrasadas en la comunidad y solo la de Lugo sufre más demora. Mientras, en Santiago la terminal de autobuses ya está terminada y la zona ferroviaria licitada y adjudicada. Por su parte, en Vigo y en Pontevedra sus respectivas estaciones de autobuses se encuentran en una fase de ejecución muy avanzada, y en Ourense, a donde llegará el AVE, todavía están pendientes de licitación las obras de la parte ferroviaria, aunque las de los autobuses ya terminaron.

Con esta situación, A Coruña tendrá que seguir esperando para contar con una infraestructura de movilidad a la altura de servicios como la alta velocidad, que tendría que haber llegado ya con la intermodal finalizada.

Quejas por los horarios

El presidente provincial del Partido Popular, Diego Calvo, criticó los horarios y frecuencias previstos para la alta velocidad entre la zona noroeste de la provincia coruñesa y Madrid.

El dirigente popular considera «inadmisible» que una ciudad como A Coruña y todo su entorno metropolitano, que supera el medio millón de habitantes, cuente «únicamente con tres conexiones de alta velocidad con la capital de España», cuando «se trata de la zona con mayor concentración de población y que más aporta al PIB nacional».

Una sola cinta de control de equipajes para acceder a los andenes centrales

La estación de San Cristóbal recibirá en poco más de un mes la alta velocidad si nada lo impide sin que se apliquen mejoras destinadas a absorber el mayor número de viajeros que se prevé que se registre por la reducción de los tiempos de viaje a Madrid.

Actualmente, a los andenes centrales de la estación se accede tras pasar por una de los diez tornos automáticos de acceso que escanean el billete del viajero, que previamente habrá superado un control de seguridad. Esta revisión se hace mediante una cinta con la que un par de miembros de vigilancia privada examinan el contenido del equipaje, un escaneo similar al que se realiza en los aeropuertos.

Con estas medidas ya hay ahora momentos de mucho tráfico en los que se producen largas colas, por lo que un incremento de viajeros podría deparar situaciones que supongan un verdadero problema para el viajero.

Ni estas cuestiones ni otras sufrirán modificaciones en principio ante la llegada de la alta velocidad, por lo que se mantendrán las cuatro ventanillas que hay ahora para la venta de billetes y otras tantas máquinas automáticas. Para el pago del aparcamiento situado en el exterior de la estación solo existe un cajero automático de cobro.

En relación a estas cuestiones, desde el ADIF explican que van a «mantener el servicio actual», y estarán «atentos» por si hubiera que introducir «cambios en función de la demanda». Esta misma línea es la prevista por el Ayuntamiento: «Si una vez que llegue la alta velocidad se detectan nuevas necesidades, se estudiará la posibilidad de adaptar los servicios que prestamos para satisfacerlas».