María José Moreno: «Aquí está la mejor orquesta de España y en ópera viene lo mejor del mundo»

A CORUÑA

ANGEL MANSO

La soprano afincada en Oleiros y el barítono Carlos Álvarez cierran hoy la temporada lírica con un repertorio de ópera y zarzuela

14 oct 2021 . Actualizado a las 10:25 h.

María José Moreno (Castilléjar, Granada, 1967) aún recuerda la ovación que le brindó en 1999 el público coruñés por su rol de Rosina en El barbero de Sevilla. «Duró muchísimo, me quedé paralizada de la emoción, casi se me saltan las lágrimas», cuenta la soprano afincada en Oleiros, que hoy clausura la temporada lírica con un concierto de ópera y zarzuela acompañada del barítono Carlos Álvarez.

—¿Qué va a pasar con la ópera dentro de 40 años? Sigue sin ser popular, ni joven.

—Hay que enseñar en los colegios, en otros países se enseña música en serio y hay tradición. La OSG hace conciertos para niños y lo pasan fenomenal. En el Teatro Real los jóvenes por 20 euros están en patio de butaca. Hay que ayudar con tarifas, descuentos, ensayos abiertos al público. Es importante darla a conocer porque piensan que es una cosa aburrida y antigua. Pero cuando una persona ve una ópera y se emociona se engancha para siempre.

—¿Tradición o renovación?

—A veces intentan renovar tanto... Con los medios que hay ahora es fácil hacer montajes espectaculares, pero el problema es que a veces no reconoces la obra. Y a mí todo me parece bien siempre que se respete la historia y la música. La ópera seguirá avanzando en la puesta en escena, pero la música es la música y no debe cambiar.

—Dicen que los divos ahora son los directores de escena.

—A veces quieren ser los protagonistas y el protagonista es el autor. Quieren innovar demasiado y cambian la historia entera, o provocan un poco para que se hable de ellos. Yo he hecho montajes muy modernos en los que nos han hecho trabajar muchísimo, o correr, que es complicado porque llegas sin fiato, pero respetaban la historia y merecían la pena.

—Usted deslumbró con «La hija del regimiento» en el Teatro de la Zarzuela y ya no dejaron de llamarla en España. Una rareza.

—En España tiramos piedras contra nosotros mismos. Yo fui de las pocas que pudo cantar aquí desde el principio porque se hacían muchas temporadas en provincia. Pero la mayoría tienen que triunfar fuera antes. Italia, Francia o Reino Unido apoyan a sus cantantes. Aquí todo lo que suene a extranjero es mejor. Tenemos jóvenes espectaculares a las que dan oportunidades en el segundo reparto cuando las del primero cantan mucho peor, pero como son extranjeras...

—A Coruña tiene una orquesta...

—La mejor de España. Sin complejos. Es la mejor.

—La mejor orquesta y también una programación lírica de primer orden. ¿Reciben apoyo suficiente?

—La orquesta no tiene el mejor auditorio para trabajar ni salas para ensayos, pero aun así es la mejor de España. Y la temporada de ópera trae lo mejor que existe en el mundo. Tenemos la suerte de tener a César Wonenburger, que sabe muchísimo, siempre ha sido un amante de la música, que no siempre pasa, y podía estar dirigiendo cualquier teatro importante europeo y español. Lo que se hace en A Coruña es espectacular. Pero se hace poco. La queja que tengo es esa. En Oviedo o Bilbao hay mucha más programación de ópera y conciertos.

«En las restricciones de aforos aquí realmente los políticos no lo han hecho nada bien»

No disimula su disgusto María José Moreno por la restricciones de aforo en los teatros gallegos. «La OSG tocando en el Coliseo, un sitio gigante, con 40 personas. Carlos Álvarez cantando el año pasado con 30 personas en un teatro de 800 plazas. ¿Pero a quién le entra en la cabeza? Como decía Carlos: “Vengo en un avión lleno para cantar en un teatro vacío”. Es que es una vergüenza, es que no se entiende. Aquí hay muchísima afición y se llenaría el teatro. Es que no les interesa nada la cultura», protesta la soprano.

—¿Cómo están las cosas ahora?

—Si es que ni siquiera dejan. En Madrid, y no solo en Madrid, ya están al 100 %. ¿Por qué aquí tenemos que estar a día de hoy al 50 %? Si la gente va en los trenes y se baja la mascarilla para tomar un bocata, y aquí está todo el mundo sentado, con su mascarilla, no hablan, lo único que hacen es aplaudir. Incluso el coro canta con mascarilla. Es segurísimo. Y la temporada dura muy poquito. En las restricciones de aforos aquí realmente los políticos creo que no lo han hecho nada bien. Me da mucha pena ver el teatro casi vacío cuando podía estar lleno y sin riesgo.