Vecinos del Orzán retoman las denuncias por ruidos nocturnos

Elena Silveira
E. Silveira A CORUÑA

A CORUÑA

Elena Silveira

Aseguran que los jóvenes «están más exaltados» que antes

22 sep 2021 . Actualizado a las 17:06 h.

«Aunque no quiero otro confinamiento, lo mejor del covid es que pudimos dormir tranquilos». Beatriz Méndez, vecina de la calle Orzán, asegura que esa tranquilidad se ha roto y que ella, como muchas otras personas que residen en la zona, han tenido que retomar las denuncias ante el Ayuntamiento por la suciedad y el ruido que genera el ocio nocturno. «No queremos que los locales cierren. Lo que queremos es poder descansar», añade.

Explica que, por ejemplo, en la plaza José Sellier Loup hay varios establecimientos que cierran a las tres de la madrugada, pero la gente se queda allí igualmente impidiendo el descanso de los vecinos. «Y eso que es una zona de especial protección en la que no puede haber concentración de personas a partir de las diez de la noche. Y hay un cartel que así lo indica», añade. Otra vecina de la calle Socorro, María José Salinas, comenta que el pasado jueves un grupo de jóvenes se plantó debajo de su casa con un equipo de música a todo volumen. «Estaban en la calle como si aquello fuera una discoteca. Pasaban de las doce de la noche, así que llamé a la policía. Cuando llegaron, los chavales se dispersaron. El problema es que, cuando no hay vigilancia policial los jóvenes vuelven a hacer lo mismo», recuerda.

Las dos coinciden en que algunos establecimientos con terraza sirven también a los que no están sentados, con lo que la acumulación de gente sin mascarilla, gritando, subiéndose o aporreando contenedores y papeleras, orinando en la calle o simplemente charlando, impide el descanso de los vecinos. «Son calles muy estrechas y se nota mucho más el ruido», indican. Añaden que este problema ya existía antes pero creen que se ha agravado tras la pandemia. «Parece que los jóvenes están mucho más exaltados o descontrolados. Tienen su derecho a divertirse, pero nosotros también tenemos nuestro derecho a poder descansar», añaden. Y recalcan que las molestias ya comienzan los jueves. «Y continúan el viernes y el sábado. Mi hija se va a la casa de la abuela para poder dormir. Y yo me pongo tapones», relata Beatriz, que ya tiene pedidas varias citas previas para interponer denuncias.