El presunto asesino de Mónica Marcos ingresa en prisión tras negarse a declarar ante la jueza

Elena Silveira
Elena Silveira REDACCIÓN

A CORUÑA

José Ramón Guerreiro Galdo está acusado de homicidio doloso con agravantes de alevosía y ensañamiento. «Mírame a la cara, José», le gritaron familiares de la víctima a su llegada a los juzgados

14 oct 2021 . Actualizado a las 18:34 h.

La titular del juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña decretó este domingo prisión comunicada y sin fianza para José Ramón Guerreiro Galdo, presunto autor del asesinato de su pareja sentimental, Mónica Marcos Piñeiro, de 52 años, quien apareció acuchillada en su domicilio durante la madrugada del pasado jueves. Al hombre, de 48 años y natural de A Coruña, se le imputa un delito de homicidio doloso con agravantes de alevosía y ensañamiento, recogido en el artículo 139 del Código Penal. Es decir, asesinato.

 El supuesto agresor, en cuyo historial policial constan dos antecedentes penales por violencia machista,y con la que mantenía una relación sentimental desde hacía un par de meses, llegó a las 9.52 horas para prestar declaración ante el mismo juzgado que estaba de guardia y que decretó el levantamiento del cadáver en la noche del miércoles al jueves, cuando el hijo de la víctima halló a su madre tendida en el suelo, rodeada de un gran charco de sangre, en domicilio familiar situado en la calle Juan Darriba, en el barrio de O Birloque.

Con un chándal de color marrón claro, botas marrones y cabizbajo, entró rápidamente en las dependencias judiciales, esposado y rodeado de varios policías nacionales. Guerreiro se acogió a su derecho a no declarar, al igual que el viernes se negó a someterse a interrogatorio en el cuartel de Lonzas, en A Coruña. Allí fue trasladado después de que huyese en avión a Madrid y fuese localizado en un «hostel» de la calle Sagasta, en la zona céntrica de la capital española, al mostrar su DNI. El abogado de la familia, Guillermo Mosquera Vicente, explicó que al igual que la Fiscalía, ya están personados como acusación . 

El fiscal, Luis Anguita Juega, señaló antes de entrar en el juzgado de guardia que lo más probable es que el juzgado de Instrucción número 3 se inhiba y traslade el caso de forma inmediata -como muy tarde el próximo martes-, al juzgado de violencia contra la mujer. «Lo más probable es que se realice hoy mismo», aseguró.

Tras su comparecencia ante el juez, a las 12.40 horas José Ramón Guerreiro Galdo volvió a salir escoltado y fue trasladado de nuevo a calabozos para su posterior ingreso en la cárcel de Teixeiro (Curtis). En el breve instante en el que se le pudo ver antes de entrar en el coche de la Policía Nacional, familiares y allegados de Mónica Marcos que se encontraban en el exterior del edificio no pudieron contener la rabia, el dolor y la tensión contenida hasta entonces. Le increparon entre sollozos y gritos, pidiéndole que les mirara a la cara. «¡José, José, mírame a la cara!», «¡Asesino, asesino!», «¡Eres un cobarde!». Al igual que entró, él salió mirando al suelo.

El abogado de la familia, Guillermo Mosquera Vicente, confirmó que el detenido no quiso declarar ante ninguna de las partes, ni siquiera ante su propia abogada, y que se decretó la prisión comunicada y sin fianza «por el evidente riesgo de fuga y porque hay indicios más que suficientes de que es la persona que cometió el crimen». «Evidentemente, nosotros pediremos que sea calificado como asesinato. Hoy [por este domingo] ha sido una primera vista para saber si entraba en prisión o no y, a partir de ahora, será el juzgado de violencia sobre la mujer el que llevará el procedimiento». El abogado indicó también que la actitud del detenido en ningún momento fue la de colaborar, «aunque estaba en todo su derecho a no declarar», indicó.

El fiscal Luis Anguita Juega comentó que tras las diligencias ante el juez, se ha analizado la situación personal del supuesto agresor. Indicó que se trata de «un hecho gravísimo que no se puede consentir. A Coruña y el Estado español tiene que acabar con la lacra de la violencia machista y existe una legislación que hay que aplicar cuando suceden hechos tan terribles como este».

Tras conocer los autos policiales, quiso ser cauto y tan solo indicó que existe una investigación judicial ya en marcha, y que previsiblemente será un jurado popular el que determinará si José Ramón Guerreiro es inocente o culpable y que tanto la acusación pública como la particular «valorarán los hechos», aunque es probable que opten por acusarlo formalmente de un delito de asesinato. En este caso, el detenido se podría enfrentar a una pena de prisión que oscila entre los 15 y los 20 años, como mínimo. Podría elevarse hasta los 25 años si se demuestra que concurren dos o más circunstancias agravantes del delito, como puede ser el ensañamiento (aumentando deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima), la alevosía (se realiza a traición o cuando se sabe que la víctima no va a poder defenderse) o la concurrencia de precio (cometiendo el crimen a cambio de una retribución económica o material).

Mónica era una persona muy conocida, ya que regentaba en el barrio una panadería, perteneciente a un negocio familiar. Estaba divorciada desde hacía años y tenía dos hijos. Uno de ellos vivía con ella. Precisamente fue él quien, al entrar en casa después de trabajar (es empleado en un local de hostelería y algunas fuentes confirmaron que su abuelo lo llevó a casa en coche), se encontró a su madre en una habitación tendida sobre un charco de sangre y un cuchillo a su lado. El arma estaba envuelta en un calcetín.

Amigos de la víctima confirmaron que la pareja se conocía desde hacía años, ya que él trabajó en el reparto de pan, pero había regresado a Canarias y que hacía tan solo un par de meses, tras retomar el contacto por Facebook, habían iniciado una relación y vivían en la misma vivienda. Según algunas fuentes, ella quería acabar con la relación