Juana Abellaneda: «Palexco lleva años remando solo y es necesario aunar esfuerzos»

Vuelven los congresos a la ciudad. Mil pediatras se reunirán a finales de mes en Palexco y ya se anuncia otra reunión de cirujanos para noviembre. Año y medio después de la pandemia, el espacio que dirige Juana Abellaneda (Murcia, 1971) se reactiva.

-¿Es el año de la recuperación?

-Volvemos a tener ilusión, pero vamos a necesitar otro año para remontar la crisis. Aun así, cerraremos el 2021 con dos congresos importantes y cuatro medianos.

-¿Cuántos eran en un año bueno?

-Unos diez o doce al año, pero con la pandemia se cayeron todos los congresos internacionales. Y todavía están en stand by.

-¿Es por el escenario incierto?

-Y por los aeropuertos. Si el de A Coruña continúa con restricciones de vuelos, es complicado.

-¿Toca coordinar estrategias?

-Es fundamental. Palexco lleva años remando solo y es necesario aunar esfuerzos.

-¿Qué necesitan?

-Mejorar los transportes, los precios de las habitaciones...

-¿Crear una oferta conjunta?

-Eso es. Los congresistas vienen a la ciudad. Utilizan los servicios de la urbe y la enriquecen en posicionamiento y economía.

-¿Echa en falta un criterio sólido?

-Sí. Hemos contado con ayudas puntuales de Turismo, pero sin una estrategia comercial clara.

-¿Qué espera del nuevo gerente, Moisés Jorge Naranjo?

-Por lo poco que he hablado con él, creo que es la pieza fundamental que necesitaba la ciudad.

-¿Y de qué manera puede ayudar la Convention Bureau?

-Permitirá remar en la misma dirección, a nivel institucional y privado. Los eventos afectan a hoteles, taxis, restaurantes...

-Éramos una ciudad de congresos. ¿Volveremos a serlo?

-Estoy convencida de que sí. La ciudad tiene que posicionarse como un destino turístico de congresos y de eventos MICE (reuniones, conferencias...). A Coruña necesita una marca de turismo de negocios.

-¿Contra quién competimos?

-Aparte de las principales urbes españolas, en cada ciudad de Galicia hay un palacio de congresos. Y la Cidade da Cultura de Santiago se está cediendo de manera gratuita para hacer todo tipo de eventos. Es una desigualdad.

-¿Sin covid, el Palexco es una infraestructura sostenible?

-El 2019 fue el primer año que Palexco dio resultado positivo, y el 2020 hubiese sido mejor.

-Fue dura la pandemia, ¿no?

-Mucho, pero ahora comenzamos a ver la luz.

De cerca: Juana Abellaneda empezó a dirigir Palexco en el 2018. Aunque ya pertenecía al grupo Comar, trabajaba en Madrid cuando le propusieron el reto de A Coruña. Sin perder el eje de los congresos, abrió otras líneas de negocio, pero la pandemia lo frenó todo. «Ahora comenzamos a ver la luz», afirma.

«Aquí hemos tenido eventos con 4.000 médicos, la princesa Ana de Inglaterra o el rey»

No solo de congresos vive Palexco. Conciertos, bodas, cenas de empresa y espectáculos tienen cabida en un espacio versátil que dirige Juana Abellaneda.

-¿Cuál es el evento más importante que ha acogido Palexco desde que se inauguró en el 2005?

-El congreso de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, en el 2006, con 4.000 asistentes o el de Ayudas a la Navegación de la IALA, que contó con la asistencia de la princesa Ana de Inglaterra. También acogimos el Congreso CEDE en el 2015, de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, con mil asistentes y la presencia de Felipe VI.

-Usted también se encarga de gestionar el Palacio de la Ópera. ¿Ya ha podido regresar la Orquesta Sinfónica a tocar allí?

-Si. Firmamos el contrato la semana pasada y en el mes de julio ya han vuelto a ensayar en el Palacio de la Ópera. Y en octubre empezarán con los conciertos. Ellos están encantados, y nosotros, también.

-¿Y el resto de la agenda? ¿Cuantas veces han tenido que reprogramar conciertos en estos últimos meses?

-Pues imagínese, con los aforos cambiando todo el tiempo. Pero ahora parece que va. Este fin de semana empezamos con Pica Pica, luego con Sergio Dalma, y girará de nuevo la rueda.

-Es mujer y con puesto de mando. ¿Lo ha tenido más difícil?

-Sí. El camino no ha sido sencillo, pero soy muy perseverante. Lo mío es de pico y pala. Nadie me ha regalado nada.

-¿Cuesta ganarse el respeto?

-Cuesta, sí. Siempre he estado en entornos laborales muy de hombres [trabajó en Casinos de Cataluña, en Barcelona], así que no es fácil, pero estoy satisfecha.

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