Filomena, el frío de abril y el trampeo, responsables del descenso de velutinas

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El experto en control de plagas, Lolo Andrade, detalla que se encontró varios nidos vacíos, aunque esta situación se podría revertir en primavera

20 sep 2021 . Actualizado a las 14:20 h.

Es posible que este septiembre se hayan visto menos vespas velutinas. Esa especie invasora que desde su llegada desató un pánico apocalíptico. Pero la verdad es que, su subsistencia, al igual que la de otros insectos, depende de multitud de factores. Lolo Andrade es técnico superior en control de plagas, lleva 32 años trabajando en el sector y conoce especialmente el mundo de las avispas. «Este año tenemos un índice menor de avisperos por Filomena en enero, y por la llegada del frío a comienzos de abril», explica el experto. «Los avisperos se llenaron de agua con la lluvia y mataron a las reinas qe estaban hibernando. Después en abril, cuando ya se encontraban con el nido embrión, no aguantaron el frío», señala.

¿Y cómo lo sabe? En primer lugar por su experiencia: «Cuando íbamos a retirar avisperos, algunos estaban vacíos». Y también por su preparación, es perito en control de plagas y además, formador del estado habilitado por el Ministerio. Eso sí, detalla, «la reducción de nidos actual no significa que el año que viene sea igual». Es más, cuenta que algunos de los avisperos que están retirando miden metro y medio y tienen entre 200 y 300 reinas: «Si parte de ellas son fecundadas y viene una primavera benigna, es probable que veamos más nidos», explica el experto.

Lolo Andrade acaba de llegar de Cazorla (Andalucía) de impartir clase. Comenta que ya hay cuatro especies de avispas alóctonas en la península, incluyendo la velutina. Es decir, sin denominación de origen nacional: «La vespa bicolor, la Orientalis y la Polistes Major». Ojo a esta última: «Es sudamericana, de Costa Rica, y es conocida como la mata caballos por la toxicidad de su veneno», advierte. La peor pesadilla de los más aterrados de las avispas. No obstante, Andrade hace un llamamiento a la calma: «Pese a que cuando hablamos de cómo evitar las avispas hay muchas variables. La prevención es fundamental».

En su caso, el método más común es el trampeo. «Cada reina que caiga en una trampa es un posible nido menos». También hay tareas a nivel personal, y «es muy importante que se revisen los árboles, sobre todo nogales, cerezos y castaños. En nogales puedo quitar de 4 a 5 nidos a la semana». Es más, el hecho de no verlas habitualmente, no diluye el problema. Especialmente en el medio rural. «La gente del campo tienen más riesgo de que le piquen. O de que devoren su fruta o viñedos», señala. De ahí que la prevención y el trampeo primaveral sean fundamentales.

Andrade recomienza hacer, incluso, una trampa casera: «Hay personas que le cortan el cuello a una botella y la invierten. Eso es incorrecto porque ahí entraría de todo: polinizadores, murciélagos». Y eso es precisamente lo que no se debe buscar: «Con un taladro o cuchillo, se hacen dos incisiones de 9 milímetros, en cuatro dedos del cuello del recipiente­—detalla el experto—, después le añadimos vinagre y alcohol, para evitar que los polinizadores accedan».

Segundo ciclo

La avispa asiática atraviesa actualmente la parte secundaria de su ciclo. «Están, en su mayoría, en árboles. Aunque también se pueden encontrar en construcciones urbanas», indica Andrade. Dentro del avispero, se están cebando las nuevas reinas y zánganos, «que a finales de septiembre y comienzos de octubre, se reproducirán», precisa. Después, las avispas reinas saldrán a hibernar.

Pese a la antigua psicosis respecto a las vespas asiáticas, el experto cosidera que «la gente se va acostumbrado». Aunque los residentes del medio rural se mantengan algo más cautelosos. «Son más susceptibles a un ataque. Especialmente, cuando van a desbrozar o a cortar leña», concluye.