Las aulas de la UDC se llenan de nuevo tras año y medio desiertas

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Yago Iglesias y Clara Barrios son alumnos de 3.º de Informática y durante todo el curso ejercerán de mentores de un grupo de veinte estudiantes novatos, a los que orientarán en un año académicamente muy exigente
Yago Iglesias y Clara Barrios son alumnos de 3.º de Informática y durante todo el curso ejercerán de mentores de un grupo de veinte estudiantes novatos, a los que orientarán en un año académicamente muy exigente MARCOS MÍGUEZ

La universidad celebra el regreso a la actividad presencial con jornadas de acogida y programas de acompañamiento de alumnos veteranos a los novatos

18 sep 2021 . Actualizado a las 12:25 h.

Estudiantes que entraron por primera vez ayer en la Facultade de Informática de la Universidade da Coruña podrían explicar aquello de John Lennon de que la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. En la inauguración del curso académico, el primero con el 100 % de las actividades presenciales desde el inicio de la pandemia, los primerizos fueron recibidos por el decano, Mariano Cabrero, en un salón de actos abarrotado: «Por favor, daos un tiempo, no os desaniméis, tenéis un año por delante», alentó en su bienvenida el profesor, que conoce bien las ansias de los chavales por «cacharrear» el primer año y su frustración cuando descubren que casi todo es matemáticas.

Un piso más arriba, al frente de la cafetería de la facultad, Lázaro Tapanes despachaba los titubeos novatos con enormes dosis de humor y consejos prácticos para la vida: «¡Avanza, cara de crimen, que nos coge el comunismo!». De este hostelero cubano que es más que una institución entre los estudiantes ya les habían hablado a los de 1.º los dos mentores que este curso los acompañarán con reuniones periódicas para resolver dudas y atascos, y hacerles más llevadero un curso que no se presenta fácil. 

Tortilla rellena y marías

Los mentores son estudiantes como ellos, pero de 3.º y 4.º, y ayer les suministraron un buen chute de realidad. «De A... no os preocupéis. Esta asignatura la tenéis para no tener religión», tranquilizó un veterano. «Llevad bien las prácticas, eso es fundamental; si no, no vais a aprobar», recomendó otro. «Lo mejor del bar es la tortilla rellena», contaron. Repartidos los 267 jóvenes en veinte aulas con dos mentores cada una, hablaron del grupo de WhatsApp donde se cuece todo, de las líneas de autobús, de los pisos de alquiler, de Naruto, del gimnasio -hay bastantes deportistas- y del porqué las chicas siguen siendo una aplastante minoría. «Yo nací con una consola en la mano, pero lo normal es que te pongan una muñeca y a ellos una Play», apuntó la valdeorresa Clara Valle.

El rector de la UDC, Julio Abalde, y el decano de Informática, Mariano Cabrero, ayer en el campus de Elviña en el primer día de clases 100 % presenciales desde marzo del 2020
El rector de la UDC, Julio Abalde, y el decano de Informática, Mariano Cabrero, ayer en el campus de Elviña en el primer día de clases 100 % presenciales desde marzo del 2020 MARCOS MÍGUEZ

A este revuelo necesario después de año y medio en modo remoto se refirió el rector en su visita a la facultad de Elviña para participar en el primer día de clase. «Recuperar la tan ansiada normalidad y sobre todo que los centros vuelvan a ser centros de vida donde los estudiantes puedan compartir sus vivencias», dijo Julio Abalde, que ciñó la docencia telemática a contadas excepciones en facultades o escuelas que no puedan desarrollar in situ algunas actividades, como las lecciones magistrales, por motivos de infraestructura. «Nosotros tenemos preparadas todas las plataformas y sistemas», adelantó el rector, para que cualquier centro o cualquier alumno en cuarentena o que por cualquier razón no pueda asistir a la clase presencial lo haga en remoto. 

Demanda de financiación

El rector también se refirió al anuncio hecho por el presidente de la Xunta de incrementar en 500 millones la financiación del sistema universitario gallego para el plan cuatrienal que se está negociando. «Las tres universidades necesitamos aumentar la financiación estructural para funcionar de forma autónoma y si ese incremento se produce ahí, bienvenido sea», apuntó Abalde, que se mostró convencido de que los tres rectores llegarán a un acuerdo con la Xunta «si hay dinero sobre la mesa».