Los desalojados de la ronda de Nelle son los que okuparon la casa de A Silva

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Alberto Mahía

El mismo día que fueron expulsados se «colaron» en una vivienda tapiada

01 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los okupas no desaparecen echándolos de una casa. Se mudan a otra y punto. El problema no acaba, se traslada. Se ha vuelto a comprobar con un grupo de al menos diez personas que durante algunos meses usurparon el segundo piso del número 87 de la ronda de Nelle y fueron desalojados por una empresa especializada en recuperar viviendas. El pasado día 26 los supuestos usurpadores cogieron sus cosas y se marcharon sin causar daños y por las buenas. Horas después, algunos de ellos ya habían okupado otra casa. El número 14 de A Silva. Rompieron unos ladrillos que tapiaban una ventana trasera del inmueble y se «colaron». Ahí estuvieron tranquilos, sin ser vistos ni oídos por los vecinos, hasta este lunes, cuando decidieron derribar los bloques que tapiaban la puerta principal. Los que residen en la zona, pese a que están ya más que acostumbrados a que jóvenes okupen casas del barrio, no daban crédito. Llamaron de inmediato a la policía. Se personaron dos patrullas del 091 y otras tantas del 092. En cuanto los agentes comprobaron que los que habían tomado la vivienda ya estaban asentados, pues llevaban días, con comida y todos los enseres, nada pudieron hacer. Los identificaron y notificaron al dueño que su casa había sido okupada. Este llamó a su abogada y este mismo martes puso la correspondiente denuncia. Así, arrancará un proceso que se puede alargar más allá de un año. Con suerte. La otra opción es llamar a una empresa de desokupaciones y arreglar el asunto en unos días. Eso sí, pagando una suma que va de los 2.000 a los 3.000 euros. Como pasó en el número 87 de la ronda de Nelle.

Los vecinos de A Silva dicen que ya no problema. Solo hay que pueden más soportar este problema. Solo hay que ir al barrio y comprobar que en apenas 50 metros, en la misma acera, hay hasta cinco casas de dos plantas tapiadas que en su día estuvieron okupadas y sus dueños optaron por sellar con bloques o ladrillos puertas y ventanas. Medida que, como se ve, no sirve de mucho.

Siempre vivieron con esto. Y en ocasiones, los okupas que pasaron en los últimos años por esas viviendas causaron problemas de todo tipo, desde robos en la zona a trapicheo de droga. «Aquí somos todos mayores y tenemos miedo a que nos pase algo», dice uno de los residentes. Una mujer de la zona se queja de cómo funciona la Justicia. No culpa a la policía de no poder haber echado a los okupas de este lunes, que «en cuanto la llamamos, vinieron rapidísimo, pero si no pueden hacer nada porque la ley se lo impide, habrá que cambiar la ley».

También dice que «es una pena» tener que recurrir a una empresa de desokupación y pagar un dinero. «El Gobierno tenía que cambiar la ley y dejar a la policía que actúe. Si alguien se mete en tu casa, debe ser echado de un día para otro, sin importar el tiempo que lleven metidos», concluye.