





Alaska y Nacho Canut presentaron «Existencialismo pop», su último epé
15 ago 2021 . Actualizado a las 00:12 h.Buscaron el momento absoluto, y lo encontraron en María Pita. La plaza volvió ayer a vibrar con Fangoria como ya lo había hecho en el 2013, aunque con notables diferencias. Si hace ocho años, los coruñeses bailaban sin ningún pudor la Cuatricromía que anunciaba una nueva etapa del dúo, este año se tuvieron que conformar con mover la tibia y el peroné desde el asiento y con mascarilla.
Lo que no cambia es su estatus como referente intergeneracional después de más de 30 años de carrera musical: niños, adolescentes, treintañeros nostálgicos de cantar sus temas en las discotecas, hasta llegar a los seguidores que crecieron con los primeros discos de Alaska. Sus letras marcaron a varias generaciones y continúan cautivando a las nuevas. Por eso, y con permiso de Miguel Ríos, el concierto de ayer supuso uno de los platos fuertes de estas fiestas de agosto tan atípicas. Las 800 sillas de aforo se quedaron cortas para la presentación de Existencialismo pop, su último epé. «Llevaba esperando este momento desde el mismo instante en que se acabó el concierto del 2013», confesó antes de entrar al recinto Lara Fernández.
El espectáculo comenzó puntual a las 22.00 horas con una puesta en escena intergaláctica y la canción De todo y de nada. «Estamos muy agradecidos con los concellos que siguen hacia delante. Y sobre todo con vosotros», saludaba Alaska. Un recital en el que no faltaron sus himnos, A quién le importa, para cerrar la noche; Miro la vida pasar, Ni tú ni nadie, Disco Sally o El rey del glam. También hubo margen para disfrutar de Geometría polisentimental y Fiesta en el infierno, todo un espectáculo visual en el que el dúo también presentó el álbum Extrapolaciones y dos respuestas (2019), que no llegó a pisar los escenarios por la pandemia. Un trabajo de versiones de otros artistas que los han acompañado en su trayectoria y que hizo que en la plaza coruñesa sonasen ayer Historias de amor, de OBK; Dame tu cariño, de Camela, o La revolución sexual, de La casa azul.
Importantes aglomeraciones
Pese a haber un recinto habilitado para el concierto, muchas personas optaron por disfrutar del espectáculo desde los alrededores. Tanto en las escaleras, convertidas al final en una verbena improvisada, como en zonas de los soportales, se formaron importantes aglomeraciones.