La banda presenta este domingo sus dos últimos trabajos en el Festival Noroeste
07 ago 2021 . Actualizado a las 19:50 h.Aunque resulte terriblemente extraño al escuchar su nombre por primera vez, Mujeres son Yago, Pol y Arnau. Con más de diez años de trayectoria, esta banda barcelonesa es un claro ejemplo de rock sin complicaciones. En sus dos últimos trabajos, Siento muerte y Rock y amistad, sacrifican la parte más cruda del garage a la que nos tenían acostumbrados por melodías abiertamente pop. Este domingo los presentarán a las 20.00 en el escenario Nonito Pereira (María Pita), como ellos mismos cantan, en «una fiesta histórica después de tanta pena y desarraigo».
Con estos dos trabajos acentúan mucho más la parte melódica, incluso con la producción.
El tema de buscar el estribillo supermelódico sin ningún complejo hace también que el tratamiento de las voces y los coros sea diferente. Creo que igual nos deberíamos de haber atrevido un poco antes. Era algo que llevaban años diciéndonos, pero a Yago le daba vergüenza que se notara tanto la voz. Grabamos con Sergio Pérez y Carlos Hernández. Ellos querían subirlas más, pero no nos atrevemos tanto. Ahora estamos en un punto intermedio de volumen.
Les describen como el carácter lúdico-festivo del sonido «garage». ¿Cómo explican esto?
Porque nos gusta que la gente se lo pase bien. Somos un grupo bastante cercano y las canciones de rock and roll tienden a provocar que la gente baile y se mueva. Queremos que se pegue la fiesta y olvidar un poco los problemas que nos rodean. Nos gusta esa parte divertida de la música, tendemos a la diversión, al estar despreocupado y al disfrute.
El EP Rock y amistad está lleno de simbología de celebración...
Frases como «un banquete con cien mil vasos» son para que quien esté escuchando la canción sonría y baile. Nos gustan esas palabras redundantes. Intentamos buscar ideas que reflejaran de una forma exagerada el tema de la amistad, como nos gusta a nosotros.
Está claro que son un grupo de directo. ¿Cómo les ha afectado la pandemia?
No demasiado. Eso depende de la mentalidad que tenga cada grupo. Muchos han parado viendo que algunos sacaron disco el año pasado y no han podido tocar. Pero nosotros tampoco tenemos una idea muy comercial, cuando tenemos las canciones las grabamos y las sacamos.
¿Que significado tiene para ustedes poder presentar al fin ambos trabajos?
A nosotros nos gusta ensayar y grabar, pero lo que de verdad disfrutamos es tocar. Y viendo la respuesta de la gente, que ha sido muy buena, tienes ganas de enseñarlo lo antes posible. Y más en esta situación, que no puedes tocar tanto. Cuando sale la posibilidad de ir a algún sitio al que hace tiempo que no vas, estás con un nerviosismo, una alegría y unas ganas de tocar increíbles.
Al permanecer sentados el público está del todo atento a lo que pasa en escena, algo que en otro momento no ocurría. ¿Les genera algo de presión?
Sí, la gente está muy concentrada en lo que hacemos. Intentas darlo todo y tocar más rápido aún. Al principio teníamos un poco de miedo, sobre todo en el primer concierto, pero al ver que todo el mundo aplaude, te relajas. La gente se ha adaptado perfectamente a la nueva situación, sientes que te están esperando.
Con letras como «Es mejor con gente» parece que desafían todas las restricciones. Seguro que al escucharla en directo más de uno se emociona y…
(Risas) Las letras las hacemos antes de grabar, pero siempre parece que son un poco premonitorias. En el Sentimiento importante estaba todo el tema de Cataluña, con el Siento muerte también había crisis social y política y ahora parece que las letras sean de desenfreno total. Pero no. Hay que disfrutar con un poco de cabeza.