El dueño de las bicicletas robadas en O Ventorrillo, en A Coruña, recupera las dos tras ver a un ladrón montado en una y  la otra en venta

Los vecinos de la zona del Agra do Orzán y O Ventorrillo están hartos de la oleada de inseguridad que se está viviendo en la zona. Esta misma mañana los ladrones rompieron la cristalera de un bajo ubicado en el número 50 de la calle Agra de Bragua y se llevaron dos bicicletas valoradas en más de 1.500 euros. A pesar de que hubo testigos de lo sucedido que gritaron para evitar el robo, los cacos hicieron caso omiso y huyeron con el botín. El propio dueño de las bicicletas escuchó la rotura de los cristales, pero creyó que se trataba de un accidente y no fue hasta quince minutos después, cuando la Policía Nacional llamó al portal de su casa, cuando se percató de lo sucedido.

Los residentes de la zona están preocupados por el incremento de la inseguridad y «la extrema violencia» de algunos robos. «A un anciano lo tiraron al suelo y casi lo asfixian para llevarse su móvil y la cartera frente al local vecinal de O Ventorrillo», comenta uno de los vecinos, que ya están recabando firmas para exigir una mayor presencia policial y que las autoridades atiendan sus peticiones. «Queremos y es nuestro derecho vivir en paz», dicen.

Unas horas después, sobre las 11.00 horas, el dueño de las bicicletas robadas se percató de que una persona que pedaleaba por la calle Barcelona lo hacía con uno de los vehículos robados, por lo que decidió seguirlo a una distancia prudencial hasta que una furgoneta se interpuso en su camino y lo perdió de vista, aunque pudo ver que se metía en dirección a la Sagrada Familia a través de la plaza Tornos. Con su ayuda y la de la Policía, que se encontraba alertada y vigilando en la zona, lograron darle alcance. Los agentes lo detuvieron y trasladaron al cuartel de Lonzas. 

La segunda bicicleta robada, a la venta por 300 euros en una plataforma de productos de segunda mano

El suceso no se quedó ahí. Al poco tiempo de interceptar a uno de los delincuentes, el vecino afectado encontró la segunda bicicleta a la venta por 300 euros en una plataforma digital de productos de segunda mano. Al ver esto, se puso en contacto con el vendedor y concertó una cita para recogerla a las 16.00 en el entorno del edificio de Padre Rubinos. Tras notificar estos hechos a la Policía Nacional, el propietario tuvo que pedir al presunto ladrón atrasar la hora hasta las 16.45 horas y así poder estar acompañado por dos agentes de la científica de paisano. 

No obstante, el vendedor no aparecía en el lugar apalabrado. Por lo que el dueño tuvo que llamar, en número oculto, para instar que acudiera al encuentro «si quería que le comprase la bicicleta». Finalmente accedió, pero al cabo de unos minutos un vecino del barrio avisó al propietario de que había aparecido en la fachada del edificio que da a la parte de atrás del centro de salud de Labañou. Los efectivos de paisano esperaron a ver si el presunto ladrón se acercaba, pero solo lo hicieron un par de viandantes que querían curiosear. Con lo que no contaba ninguno es que el presunto ladrón, con el pelo teñido de blanco, tras dejar la bicicleta saludara al dueño y le hiciera señas para indicar dónde estaba, sin llegar a acercarse. Al no saber si podía haber sido robada por otros, los agentes le indicaron al dueño que la recogiese y lo acompañase a Lonzas para dar declaración de lo ocurrido.

La asociación de vecinos, por su parte, ha querido agradecer la colaboración ciudadana para solventar este robo en concreto y la colaboración que se está teniendo tras esta oleada de delincuencia en la zona. 

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