Galicia lidera las cárceles con módulos mixtos: 12 reclusas «pioneras» inauguran el de Teixeiro

A CORUÑA

La sección Nelson Mandela, premiada por Bruselas, elimina la discriminación de género con el acceso de las mujeres

24 jun 2021 . Actualizado a las 10:43 h.

Mónica González Arias es la coordinadora de un grupo conformado por 53 personas, 41 hombres a los que el 4 de mayo se les sumaron 12 mujeres. Todos son reclusos del módulo uno de la cárcel de Teixeiro (Curtis), el Nelson Mandela, abierto en el 2008. «Detrás de cada delito hay una historia, y les aseguro que no suelen ser fáciles», contó la interna en su discurso ante las autoridades. Este miércoles el penal coruñés reinauguró esta sección cofinanciada con fondos autonómicos y europeos y que ahora es mixta. Presas y presos comparten talleres, cursos, actividades y el patio. Solo las celdas donde duermen están en dos plantas distintas

Con este, Galicia pasa a tener cuatro módulos mixtos. En toda España son 12, por lo que la comunidad, destaca Instituciones Penitenciarias, es líder a nivel estatal en este tipo de convivencia sin segregación de género. Respecto a los gallegos, dos de ellos son los definidos como Terapéuticos, uno está en Teixeiro y otro e A Lama (Pontevedra), y son los destinados a tratamientos de deshabituación de drogas. Los otros dos son los llamados módulos de Respeto, entre el que se encuentra el Nelson Mandela de la cárcel de Curtis. El otro es el de A Lama.

Mónica González Arias, reclusa y coordinadora de los internos en el módulo mixto Nelson Mandela de Teixeiro
Mónica González Arias, reclusa y coordinadora de los internos en el módulo mixto Nelson Mandela de Teixeiro MARCOS MÍGUEZ

Estas secciones suponen un paso más para los reclusos. El nivel de exigencia convivencial es el más alto, el tres. Son los presos quienes solicitan el cambio y la dirección del penal decide en función de su expediente. Aunque se suelen priorizar los encarcelados a punto de terminar su condena, también hay presos que en breve recibirán permisos para salir. Aquí, firman un contrato en el que se comprometen a cumplir las normas de conducta y convivencia que ellos mismos supervisan y median. A cambio, se preparan para su vuelta a la sociedad con itinerarios personalizados, que incluyen tanto cursos de gestión de emociones como formativos. La novedad en Curtis es que ahora lo harán juntos mujeres y hombres, sin discriminar a las reclusas.

Las mujeres: una minoría

Las presas son una población minoritaria en los penales.  En el caso de la cárcel coruñesa, son 71 de los 1.015 internos de Teixeiro, el 6,9 % del total, siendo la media nacional un poco superior, del 7,4 %. «La prisión solo tiene de femenino el nombre. Está muy masculinizada y las mujeres tenéis más dificultad en vuestros itinerarios de reinserción. Por eso los hombres también somos los que tenemos que provocar un cambio», destacó el director general de Ejecución Penal y Reinserción Social, Miguel Ángel Vicente. Junto al director de la prisión, José Ángel Vázquez, la conselleira de Política Social, Fabiola García, y la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, los cuatro visitaron este miércoles las instalaciones penitenciarias. Otro «servicio público», remarcó Miguel Ángel Vicente, que hay que cuidar. 

Germán y Antonio, reclusos del módulo mixto Nelson Mandela de Teixeiro
Germán y Antonio, reclusos del módulo mixto Nelson Mandela de Teixeiro MARCOS MÍGUEZ

La experiencia de los presos

Para Antonio y Germán la convivencia con las reclusas está siendo un acierto. «La verdad es que se convive mucho mejor. Hablas con ellas, sacas otras ideas. Estamos aprendiendo a convivir, queremos prepararnos para la vida en libertad y así tienes otra perspectiva, otro tipo de opinión respecto a las mujeres», reconoce Germán. Como Antonio, ambos son coruñeses. «No quiero caer en el mismo error de siempre, delinquir. Quiero salir de aquí lo más rápido posible. Estar en este módulo es diferente, es menos conflictivo, aprendes a respetar», asiente Antonio. 

Después de un año de conviviencia cerrada todavía más restrictiva por la pandemia, para Mónica pedir el traslado del módulo 10, el único femenino de Teixeiro, al uno, fue un paso difícil. «Es agradable, dentro de lo que supone estar dentro. Es un módulo de máximo respeto y exigencia. Hay un antes y un después bastante grande. Este módulo es mucho más tranquilo. Aprendes a valorar tu libertad, lo que tienes fuera, los pequeños detalles, como desayunar con tu familia. Tengo muchas ganas de salir. Te da un poco de susto volver, pero por eso estamos aquí», cuenta Mónica. Lleva un año y nueve meses y le faltan dos de condena.

En el módulo mixto, presas y presos comparten talleres, actividades formativas o el momento del patio. En Teixeiro lo conforman ahora 49 internos y 12 internas
En el módulo mixto, presas y presos comparten talleres, actividades formativas o el momento del patio. En Teixeiro lo conforman ahora 49 internos y 12 internas MARCOS MÍGUEZ

«Hay un antes y un después bastante grande en la vida en prisión»

Miedo a las reticencias 

«Teníamos miedo de que no se animasen a venir», confesó Nadia Arias, la subdirectora de Tratamiento de la cárcel de Teixeiro. Explica que en la prisión «ellas no están habituadas a hacer cambios de módulo, ya que solo tienen uno. El paso al mixto lo solicitaron 12 y otras se están animando porque nos están llegando instancias. Nos preocupaba también cómo podían reaccionar los chicos, porque les cambia su estilo de vida. La respuesta está siendo positiva», destacó Arias.

Estas «12 pioneras», según la subdelegada del Gobierno, María Rivas, son las primeras en estrenar esta convivencia sin separación motivada por el sexo cuyo objetivo es lograr una mejor reinserción, «algo que también depende de la voluntad política», deslizó Rivas. Además del expediente en prisión, de no tener sanciones disciplinarias, el único condicionante que impide acceder al módulo mixto es estar encarcelados por un delito contra la libertad sexual. 

El módulo uno, el Nelson Mandela, se creó en el 2008. Se financia con fondos europeos y de la Xunta, que aporta los trabajadores sociales que siguen el itinerario personalizado de los presos para su futura reinserción. Este módulo, destaca Instituciones Penitenciarias, implica el nivel de compromiso más alto por parte de los internos en cuanto a las normas de comportamiento. Los reclusos cuya condena está cerca y que no tienen sanciones de comportamiento son los que suelen componer esta unidad que, desde el 4 de mayo del 2021, es mixta en Teixeiro
El módulo uno, el Nelson Mandela, se creó en el 2008. Se financia con fondos europeos y de la Xunta, que aporta los trabajadores sociales que siguen el itinerario personalizado de los presos para su futura reinserción. Este módulo, destaca Instituciones Penitenciarias, implica el nivel de compromiso más alto por parte de los internos en cuanto a las normas de comportamiento. Los reclusos cuya condena está cerca y que no tienen sanciones de comportamiento son los que suelen componer esta unidad que, desde el 4 de mayo del 2021, es mixta en Teixeiro MARCOS MÍGUEZ

«Queremos la igualdad efectiva por fin para mujeres penadas, que puedan beneficiarse de un módulo de respeto y, además, del plus de estar en uno premiado por Europa como el Nelson Mandela. Aunque son una minoría, tienen que poder acceder a todos los recursos terapéuticos que ofrece el sistema. Veremos cómo va sobre la marcha, entiendo que puede ofrecer una perspectiva interesante también para ellos, para que sepan comprender qué es la violencia machista. Es un gran programa de autocontrol de emociones. Para recuperarse o construir de cero», detalló Nadia Arias durante la visita al patio, rodeada por los reclusos. 

Entre otros galardones, en el 2019 el módulo Nelson Mandela de Teixeiro, el primero de Galicia, fue galardonado en Bruselas con el Premio Europeo de Servicios Sociales. Desde el 2008, cuando se puso en marcha, más de 1.500 reclusos se beneficiaron de sus programas personalizados de preparación técnica y personal, tanto con personal de la cárcel como externo, de la Consellería de Política Social, quien cofinancia este programa junto con el Fondo Social Europeo. 

Concepción Arenal, la visitadora de cárceles, se encontró con un obstáculo cuando quiso acceder a la universidad: su sexo. Un siglo más tarde, las reclusas arrastran problemas para entrar en los cursos de reinserción social de los penales. Iniciativas como esta tratan de romper la discriminación que también existe barrotes adentro.