¿Quién se quita años en la cola de Expocoruña?

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Cuando la campaña de vacunación llegó a los de 50, toda esa gente que nunca quiere decir sus años cambió. Como en los tiempos de Pachá o C'assely de pronto querían tener más

18 jun 2021 . Actualizado a las 09:57 h.

En esta sociedad de adultescentes crónicos, donde se fomenta la eterna juventud, existe un miedo atroz a pasar esa edad en la que la palabra juvenil le empieza a quedar un poco mal. Se puede engañar con teñidos, correctores de arrugas y hasta cirugía. Se puede dar el pego yendo en patinete a comprar ropa al Pull & Bear de la plaza de Lugo como un veinteañero. Pero el DNI va sumando sobre la fecha de nacimiento años que pasan y pesan en el cuerpo. Cuando los otrora treintañeros se convierten en cuarentones, ya se dan cuenta de la carga peyorativa del sufijo. Y, ya asentados en la cuarta década de existencia, si divisan los cincuenta, muchos empiezan a pensar que esto no hay sudadera guay que lo salve. «La juventud ya se escapó» decían Los Suaves en Dolores se llamaba Lola.

Sin embargo, esa tendencia a la involución, el autoengaño y la frustración ha sufrido un curioso receso. Cuando la campaña de vacunación llegó a los de 50, toda esa gente que nunca quiere decir sus años y que suelta joyas como «la juventud no es una cuestión de edad, sino una actitud», cambió. Algunos deseaban tener más edad, como en la adolescencia para entrar en C'assely y Pachá. A los de 42 les hubiera gustado tener 47 y pasar delante. Cuando llegaba la notificación del Sergas para pasar por Expocoruña a pincharse se hacía una captura de pantalla, se difundía y, hala, a ser feliz. Aquí ya nadie quiere engañar a nadie. Solo inmunizarse lo antes posible.

Se decía al inicio de todo este embrollo que la pandemia nos iba a enseñar un montón de cosas. ¿Incluirá eso el aceptar la edad que uno tiene sin más? A lo mejor incluso uno se da cuenta que eso de los 40 y los 50, si se asume con naturalidad, no está nada mal. Y, vacunado, aún mejor.