El Ayuntamiento de A Coruña estudia reordenar el tráfico de las plazas de Ourense y Pontevedra

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

El rediseño de la circulación tendrá en cuenta la apertura de los muelles interiores

11 jun 2021 . Actualizado a las 09:57 h.

El gobierno local encargará estudios de tráfico para remodelar la circulación en las plazas de Ourense y Pontevedra, los dos nudos viarios claves del centro urbano. Los análisis se encargarán en las próximas semanas y deberán tener en cuenta los cambios aplicados y los que están previstos en la distribución del tráfico en la ciudad, marcada en los últimos años por el avance de las peatonalizaciones y las restricciones en el uso del vehículo privado. Desde el 2011, entre otras calles y limitándose al centro urbano, se han peatonalizado la Marina, el Parrote y la Ciudad Vieja; se ha implantado el carril bici desde la Marina hasta la avenida de A Pasaxe y, ya en el mandato actual, se ha retirado el tráfico de dos carriles de los Cantones, de uno del paseo marítimo y se ha eliminado en las calles Compostela y Rúa Nueva.

A eso cambios se sumará en los próximos años la conversión de San Andrés en un bulevar y el cierre al tráfico del último tramo de Santa Catalina y Entrejardines. Esas obras se compensarán con una remodelación de la plaza de Mina, con objetivo de simplificar el cruce y facilitar la circulación en dirección salida.

Esas reformas obligarán casi con total seguridad a reformular el funcionamiento de las plazas de Pontevedra y Ourense. Todo indica que en la primera se intentará simplificar la conexión con Juana de Vega, que está llamada a ser una de las principales vías de salida de la ciudad mediante su conexión con los Cantones.

La reforma de la plaza de Ourense está pendiente desde el 2015, cuando se inauguró el vial subterráneo de la Marina, que desde entonces se convirtió en una de las principales conexiones del centro y el casco histórico.

El gobierno local quiere que la remodelación de ese espacio tenga en cuenta la apertura de los terrenos portuarios, cuya incorporación al tejido urbano podría facilitar nuevas soluciones. Por lo tanto, la previsión del Ayuntamiento es que el plan se desarrolle en colaboración con la Autoridad Portuaria, que prevé abrir a la ciudad el muelle de Batería este mismo verano y el de Calvo Sotelo a principios del 2022. 

Los muelles y sus posibilidades

En principio, la apertura del segundo muelle es la que más posibilidades ofrece en materia de movilidad, sea como vía alternativa o para facilitar espacios de aparcamiento en el entorno de la lonja. Así lo ha planteado el actual gobierno local, pero también técnicos que colaboraron con ejecutivos locales anteriores. Es el caso del arquitecto técnico Jesús Meizoso Couto, que a finales del año pasado planteaba que se ocupase de forma temporal una parte del espacio portuario, el situado frente a la lonja, con el fin de facilitar espacios de aparcamiento a los residentes y comerciantes -además de a los usuarios de la lonja-.

El arquitecto recordaba que la sección disponible desde el muro del puerto hasta la plaza de la lonja es de 65 metros, mientras que el ancho de calles de la zona, como Marcial del Adalid, se queda en 40 metros. De acuerdo a sus estimaciones, en un espacio de 60 por 100 metros podrían estacionar unos 300 turismos.

La ampliación del vial subterráneo continúa sin fecha y costaría más de 16 millones

La próxima gran peatonalización en A Coruña será muy probablemente la Avenida do Porto. Desde que se inauguró el túnel de la Marina, todos los planes pasan por alargar ese vial subterráneo hasta el entorno de la plaza de Ourense. La obra permitiría ampliar los jardines de Méndez Núñez por el muelle de Batería, como han planteado los distintos estudios encargados en los últimos años para incorporar las dársenas interiores a la ciudad.

Pero la obra carece por el momento de fecha y presupuesto. El único plan sobre la mesa fue planteado por la Xunta, que en abril hizo pública una propuesta para que las Administraciones compren ese muelle y Calvo Sotelo y los reformen, salvaguardando su titularidad pública.

El documento del Gobierno gallego estimaba que la ampliación del túnel costará unos 16 millones de euros y requerirá unos 18 meses de trabajo. De acuerdo a la planificación, trasladada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y a la alcaldesa, Inés Rey; las obras en el subterráneo comenzarían a principios del 2025, una vez urbanizados los muelles de Batería y Calvo Sotelo. La inversión total superaría los 57 millones de euros y la Xunta se ofreció a poner al menos 20, a la espera de que Ayuntamiento, Diputación y Estado asumiesen el resto. Pero el ente provincial ha rechazado invertir, y el gobierno local rehúsa el plan porque preveía que la Xunta se hiciese con el 51 % de la propiedad de los muelles.