Las nuevas tarifas eléctricas en A Coruña: «Lo pagaremos por todos lados, en la factura de la luz, la peluquería y el bar»

Con las nuevas tarifas ya tintineando en las cuentas de las eléctricas, la confusión sobre los precios de la luz que entraron en vigor el 1 de junio sigue sin despejarse y aboca a miles de familias a esperar las próximas facturas para calibrar la subida y poder decidir. Algunas ya lo ven claro. «Tengo dos niñas y a las nueve están en cama. Ni puedo darles la cena y ducharlas a las doce de la noche ni dejar las lavadoras para el fin de semana ni poner el despertador para cargar el lavavajillas. No tengo nada que pensar. Yo, al mercado libre de cabeza», afirma J. L. tras hacer el cambio en la oficina de Naturgy de San Andrés. «La hora punta que antes estaba a 10 céntimos por kilowatio ahora está a 24; la tarifa llana, a 16, y la más barata, que rondaba los 6 céntimos, va a 10,2. Es una barbaridad. Si no eres de las que puede cambiar los hábitos la factura se dispara, calculan que un 40 %», dice otra mujer. «Lo pagaremos por todos lados, en la factura de la luz, en la peluquería y en el bar, en algún lado tendrán que repercutir ellos la subida», augura Consolación.

«Naturgy ofrecía ayer un precio fijo de 15,64 céntimos durante un año para los clientes que opten por el mercado libre. Para los que queden en el mercado regulado (hasta ahora más económico) la factura oscilará en función de lo que cueste producir la energía, ya que las otras dos variables que componen la factura (los peajes y el margen de comercialización) son fijos. Y el coste de producción en los últimos meses no hizo más que subir. «Decían que las tarifas iban a bajar pasados unos días de la entrada en vigor pero estamos a día 9 y siguen por las nubes», explican en la oficina.

José Galán no hará cambios en su contrato con Iberdrola. Vive con su pareja, tienen sistema eléctrico de calefacción, cocina y agua caliente y hace tiempo que se pasaron al mercado libre. Solo está pendiente del impacto que tendrá en su bolsillo el ajuste en el precio de los peajes (el coste del transporte y la distribución de la energía), pero calcula que «teniendo un poco de cuidado con las horas punta, y sin volverse locos, la diferencia puede ser de uno o dos euros». Hasta ahora pagaban 8 céntimos en el tramo nocturno y 11 en la franja diurna. «Lo recomendamos. No exigen permanencia. Si dos meses después quieres volver al mercado regulado, vuelves. Así puedes comparar», apunta Galán. Iberdrola ofrecía una tarifa fija anual de 13,2 céntimos.

Los expertos aconsejan cautela. Maite Méndez, técnica en Planificación Enerxética de Faepac, llama a la calma. «Estoulle dicindo a todo o mundo que espere dous ou tres meses. O custo da enerxía está subindo. Imos observar que pasa, ver como evoluciona e intentar adaptarnos para tratar de compensar a suba dos prezos antes de decidir».

Una víctima de un intento de estafa: «Ningún gobierno ha favorecido a los consumidores»

Consolación recibió ayer la llamada de una mujer que se presentó como trabajadora de Naturgy en la que le comunicaba que una bonificación de la que disfrutaba iba a desaparecer de la factura y para reactivarla era necesario que le facilitara sus datos. Le respondió que ya pasaría por la oficina en persona y se extrañó de la insistencia con que la interlocutora le pedía su información personal para aplicarle un supuesto beneficio al que nadie, le remarcó, renunciaría. Era una estafa, como sospechaba. La captación fraudulenta de nuevos clientes al calor del cambio tarifario ha salpicado a algunas comercializadoras.

Consolación no piensa moverse. Indignada con «los sucesivos gobiernos», porque «no ha habido uno que favoreciese a los consumidores en vez de a las eléctricas, así pueden seguir pasando los ministros a los consejos de administración», considera las nuevas tarifas «un abuso total y absoluto» contra el que poco margen queda a los consumidores. «Estoy convencida de que existe un preacuerdo de las eléctricas. Qué más da cambiarse de comercializadora», denuncia esta mujer que ha decidido adaptar sus rutinas domésticas en lo posible a la nueva realidad y, una vez que llegue la próxima factura, compararla con otra similar del mercado libre y, entonces sí, decidir. Y remarca: «Esto lo vamos a pagar de mil maneras».

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