Horizonte incierto para el empleo en A Coruña

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

A pesar de los buenos datos de mayo, el paro escala a la cima de las preocupaciones ciudadanas, azuzado por la incertidumbre del covid a largo plazo y el impacto laboral de la digitalización en el sector servicios

07 jun 2021 . Actualizado a las 18:54 h.

La incertidumbre empaña el ánimo y paraliza la economía. Por sí sola podría explicar la escalada del paro al primer puesto de las preocupaciones de los coruñeses observada en el último barómetro de Sondaxe. «No es para menos -señala Raquel Martínez Buján, decana de Socioloxía-. Hemos visto perder nuestras posibilidades de trabajo de la noche a la mañana en un período de tiempo muy corto. Y la inestabilidad en el terreno laboral, con continuos cierres y aperturas de establecimientos, normas a menudo difíciles de entender y miles de personas aún en ERTE, conlleva una incertidumbre muy grande», explica la socióloga, que añade al desconcierto colectivo las dudas sobre si, «a pesar de los avances en la vacunación, las nuevas cepas del covid podrán o no quedar controladas».

Más contundentes se expresan los datos. El 31 de marzo del 2021, último mes con cifras disponibles, las afiliaciones a la Seguridad Social en A Coruña sumaban 89.279 personas, 2.114 menos que dos años antes, cuando Sondaxe publicó otro estudio que situaba el paro en el octavo lugar entre los grandes quebraderos de cabeza de la ciudad. En barrios populares como Os Castros, Elviña y O Castrillón incluso caía al 15.º, por debajo del alumbrado, el ruido o el estado del asfalto.

¿Qué pasó en medio? Una crisis económica global sin precedentes de la que empiezan a atisbarse signos de recuperación, aunque sin certezas sobre su evolución a medio plazo o, más bien, con indicios claros de nubarrones a lo lejos. «Efectivamente, el ritmo de la vacunación apunta a un segundo semestre más optimista, pero la situación es totalmente preocupante», avanza Arturo Julián, secretario comarcal de Industria de CC.OO., con una mención expresa al «efecto pantalla» de los ERTE en vigor, que puede estar encubriendo la envergadura real del retroceso. A finales de marzo, el 15,6 % de las empresas coruñesas mantenían un expediente activo, frente al 23,6 % del confinamiento, y a 31 de mayo 10.200 trabajadores en la provincia seguían protegidos bajo el paraguas de la regulación. 

Indefinidos, el 9 %

«Unha cousa son algúns indicadores que nos achegan a febreiro do 2020, e outra as características dos contratos que se firman, que son temporais, moi precarios e vinculados ao sector servizos. A contratación indefinida non pasa do 9 %», alerta Xabier Filgueira, secretario comarcal de la CIG, que reivindica el tren a Langosteira, «infraestrutura necesaria para rendibilizar o porto e elemento fundamental para a creación de emprego», comprometido con «grandes anuncios e veremos se se consegue». 

Fontenla pide flexibilidad

Coinciden los empresarios en la bonanza de los últimos datos, aunque con matices notables. «Mayo suele ser el mejor mes del año», adelanta el presidente de la patronal coruñesa, Antonio Fontenla, antes de advertir que el ritmo de recuperación solo se sostendrá si se mantienen «las condiciones de flexibilidad laboral» y «el apoyo a los ERTE». El directivo de la Confederación de Empresarios de A Coruña (CEC) estima que el tirón del turismo en año santo y los fondos europeos Next Generation, a los que optan «importantes proyectos» en la ciudad, tirarán del empleo.

Sobre los Next Generation, avisa Arturo Julián, descansan demasiadas «gallinas de los huevos de oro» como para quedar libres de codicia. En un contexto de desmantelamiento industrial que viene de largo en la comarca, la transición ecológica y la digitalización traen un vuelco de modelo que requerirá formación y recualificación de los trabajadores. «Necesitamos que los fondos lleguen a la sangre industrial para acometer ese cambio profundo y que no se queden en empresas o lobis sanguijuelas encargados de gestionarlos. La burocracia no debe permitirlo», demanda el portavoz sindical. 

Las cargas femeninas

En la zona de sombra del mercado laboral queda registrada la lentitud con que las mujeres se reincorporan después de perder el empleo o replegarse en sus casas, obligadas por los cuidados y las cargas familiares. «A las mujeres les cuesta más salir de la crisis», denuncia Ángel Iglesias, secretario comarcal de UGT. La cifra de mujeres inscritas en las oficinas de empleo se redujo en mayo un 11 % respecto al mismo mes del 2020, cuando los hombres lo hicieron al 18 %.

«En A Coruña, durante la pandemia, las mujeres hemos estado en primera línea como sanitarias, cuidadoras, limpiadoras y demás trabajadoras esenciales, en muchas ocasiones en condiciones precarias, con bajos salarios, turnos y horarios intensos, y hemos estado en los sectores más perjudicados, como el pequeño comercio, las peluquerías y la hostelería, con ayudas igual de precarias», recalca Ani Ulloa, presidenta de la Asociación de Empresarias de A Coruña. Cerca del 60 % de los trabajadores que siguen en ERTE son mujeres.

La construcción, a toda máquina, recluta jóvenes para revertir el éxodo postburbuja

La construcción busca trabajadores. Sin llegar al pleno empleo pero con una tasa de paro «muy poco significativa», según Ángel Iglesias, secretario comarcal de UGT, el sector del ladrillo no solo ha conseguido revertir la crisis inmobiliaria sino que ha tenido que lanzar iniciativas de captación de jóvenes para ocupar el lugar de los que en su día salieron despedidos por el pinchazo de la burbuja. «La construcción se está encontrando con que ya no tiene la mano de obra especializada que se trasladó a otros sectores y recuperarla no es algo que se pueda hacer así como así. Se necesita especialización y habilitación; para entendernos -explica Iglesias-, un trabajador de la categoría más baja está obligado a hacer un curso al menos de 60 horas de prevención de riesgos, y si cambia de ramo y no lo actualiza es como si no lo tuviera». Apremiados por la falta de profesionales, la Fundación Laboral de la Construcción presentó esta semana el proyecto Constrúate, un programa que ofrece a chavales de entre 16 y 25 años un contrato de 12 meses con derecho a paro, protección social y cualificación profesional, remunerado con 9.975 euros brutos al año

Reconversión en los servicios

Este auge de la construcción, que cerró mayo con un desplome del paro registrado del 23 % respecto al año pasado, corre a la par que el declive industrial y la reconversión de los servicios, hegemónicos en A Coruña e inmersos en una transformación digital que por primera vez en décadas pone en jaque el empleo. La banca y el textil ya han movido pieza en el tablero para reorganizar oficinas, tiendas y plantillas, menguadas por el comercio electrónico y los servicios online. Y el resto irán detrás. «Vendo como está a afectar a dixitalización aos servizos, non penso que o futuro da comarca estea no turismo ou no comercio -señala Xabier Filgueira-. Dicímolo sempre. Sen industria non hai futuro. Isto é unha oportunidade para sacar adiante un plan de industrialización que xere empregos de calidade, dignos e consolidados, en vez de precarios, temporais e con salarios de miseria».