El emblemático espacio de Méndez Núñez cuenta con más de 20 clases de rosas
06 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La Rosaleda de Méndez Núñez reabrió este sábado al público coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente. La alcaldesa, Inés Rey, la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, y el portavoz del gobierno local, José Manuel Lage, asistieron a la inauguración en compañía de numerosos ciudadanos que aprovecharon el soleado día para pasear por el renovado jardín.
«Estamos disfrutando novamente dun dos espazos máis emblemáticos da nosa cidade como é a Rosaleda; se trata dunha actuación que abrimos a todos os veciños e que se iniciou fai máis dun ano cando o goberno local tomou a decisión de erradicar o botellón para recuperar un lugar que levaba anos deteriorado, nun estado que eu cualificaría como lamentable. A partir de hoxe temos que coidar este espazo entre todos para que siga así de bonito», señaló Rey, que recorrió la superficie justo después de visitar la carpa del medio ambiente junto al Kiosco Alfonso.
Homenaje a las 13 rosas
La nueva Rosaleda, en la que se han plantado más de 3.000 pies de la flor que le da nombre, reúne más de 20 variedades distintas. Dos grandes carteles informan de la especie y el nombre de cada una, con una imagen para identificarlas. En un lugar destacado, además, crecen en círculo 13 rosales en homenaje a las jóvenes ejecutadas tras la Guerra Civil.
Según Fontán, la renovación del espacio empezó desde cero, ya que hubo que levantar todo el césped y la tierra para sanearla. La recuperación de la Rosaleda forma parte de una intervención general en Méndez Núñez, que incluye la segunda fase ya en marcha para rehabilitar el estanque, recuperar el césped y limpiar los matorrales, y una tercera en torno al Kiosco Alfonso y el gran palmeral de los jardines.
Los trabajos fueron realizados por la empresa Arce, cuyo director técnico, José Manuel López, indicó que, dado el mal estado en el que se encontraron la superficie, primero revisaron las flores para plantear su reordenamiento al Ayuntamiento. «Analizamos las variedades que podían funcionar y se contrastó con otros especialistas porque su cultivo requiere de características muy particulares: el rosal no vale para plantar en cualquier sitio», dijo.
El diseño se realizó en base fotografías de hace 50 años y las rosas se repartieron sobre el terreno de acuerdo a sus colores y floración. Además, se recuperaron también los arcos, con pintura y tratamiento contra el óxido, se limpiaron los caminos y se colocó nueva grava. «Nos acercamos para ver cómo ha quedado y estamos maravillados porque ha vuelto a ser la Rosaleda que recordamos de nuestra niñez, era así como estaba. Vale la pena recrearse por aquí», afirmó Auri Vélez, vecina de la zona.