La mujer despechada que mató a su amante en A Coruña tras hacer el amor con él

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

siro

La Asturiana rehízo su vida, tiene una pareja e insiste en su inocencia tras cumplir 15 años de cárcel por dar muerte a un constructor en el Orzán

08 may 2021 . Actualizado a las 10:03 h.

Esta es la crónica negra de un crimen pasional que se escribirá sin nombres ni apellidos porque la homicida ya cumplió su condena y tanto la víctima como su familia merecen todo el respeto.

La prensa bautizó los hechos como el crimen de la Asturiana porque así llamaban a la homicida sus compañeras de trabajo. Ella ejercía la prostitución y quienes la acompañaban en ese sórdido mundo le pusieron como mote el topónimo de su lugar de origen. Como en la mili.

La víctima, muy conocida en el sector de la construcción, tenía a su amante y a la que terminaría siendo su verdugo trabajando en un prostíbulo a la vuelta de la esquina. El residía en un dúplex de la avenida Barrié de la Maza, con vistas a la playa del Orzán, y ella prestaba sus servicios en el club Cedros, en la calle Cancela, hoy desaparecido, pero entonces presumía de ser uno de los locales de mayor nivel en el sector.

No fue un amor fugaz ni caprichoso. No fue flor de un día. Llevaban 14 años viéndose. Desde 1986 compartieron noches y días a oscuras de la sociedad. Eran mucho más que amantes. Pese a que ella continuaba trabajando en el club, el fallecido le pagaba el alquiler de un piso y en alguna ocasión le prometió que dejaría a su esposa para vivir juntos el resto de sus días. De hecho, meses antes de aparecer muerto y semidesnudo sobre la cama con dos puñaladas en el pecho, este había iniciado los trámites de divorcio. Parecía una historia de amor como la de Pretty Woman, entre un rico empresario y una prostituta que arrastraba un pasado de miserias y tristezas. Ella vio en él al protagonista de un cuento de hadas que la rescataría a lomos de un caballo blanco de un mundo al que nunca quiso pertenecer.

Hasta que todo se torció cuando una joven cubana cambió el guion. La víctima la había conocido en una de sus idas y venidas al Caribe y quedó prendado. Ya no quería a la asturiana como pareja de baile. Sus planes habían cambiado. Quería que la caribeña viniese a España, divorciarse y que la homicida se fuese empujada por el viento.

No fue así. Siempre según la sentencia, una semana antes de del crimen (un lunes), la Asturiana viajó a A Coruña tras pasar unos días junto a su familia y se hospedó en el dúplex en el que residía su amante. Llegó el viernes (9 de junio del 2000) y a las diez de la noche hicieron el amor. Al terminar, ella le asestó dos cuchilladas. Luego tomó un taxi a Betanzos, donde pernoctó en un hostal para al día siguiente coger un bus que la llevó a Asturias. Fue ahí, tres días después, cuando la detuvieron. Poco después de que la empleada de la limpieza encontrase su cuerpo.

Por todo ello, la acusada fue condenada a 15 años de prisión por asesinato. Los cumplió en una prisión asturiana. Y desde allí insistió hasta el mismo día en que recuperó la libertad en su inocencia: «Yo no lo maté, ni sé quién lo hizo. Solo sé que, cuando me fui de su casa estaba vivo».

Su abogado, Raúl García, también defendió siempre que la que fue su clienta «fue declarada culpable sin ninguna prueba que la incriminase, solo con indicios».

La Asturiana contó su verdad a La Voz en una entrevista realizada a través de su abogado. Dijo que «semanas antes de su muerte me llamó a Asturias y me pidió que fuese a A Coruña. Y fui». Tras unos días de convivencia, «llegaron los malos tratos y las humillaciones», que la Asturiana recuerda así: «La tarde anterior a que apareciera muerto, me cogió a empujones en el portal y entre insultos me obligó a subir al dúplex. Me preguntaba con quién y dónde había estado. Me gritaba y golpeaba hasta que abandonó la casa durante unas horas, momento que aproveché para llamar a la policía pidiendo ayuda. Pero luego tuve miedo y la rechacé. Cuando regresó, se quitó la ropa y me obligó a desnudarme y que me comportara como una prostituta. También me llamaba pardilla y puta. Y cuando cogió un cuchillo me escapé. No sé qué ocurrió después».

Catorce años de relación

Catorce años de amor y desamor dan para mucho. Rompieron varias veces. Ella llegó a residir en Ferrol con un hombre y el constructor regresó con su esposa. ¿Por qué volvieron? La Asturiana dice que la tenía «anulada». A pesar de que sus hermanos le pedían que lo dejara y a pesar «de las constantes humillaciones y malos tratos, no era capaz de abandonarlo». La asturiana también niega la existencia de una cubana en la vida del constructor: «Puede que tuviera muchas mujeres, pero no creo que estuviese decidido a traer a una joven de Cuba para casarse con ella».

En su condena no hubo unanimidad. Dos de los nueve miembros del jurado popular no están de acuerdo con la condena. Pero la mayoría manda y la Asturiana pasó 13 años de su vida en prisión por asesinar al constructor coruñés. Ella escuchó el veredicto sin mover una ceja. Ni una lágrima, con la vista perdida. Pero pasaron cinco minutos, salió de la sala y se derrumbó. Hasta el punto de que tuvo que ser asistida por un médico.

La Asturiana cumplió su condena, rehízo su vida en su tierra natal, tiene una pareja y dicen los que la conocen que, pese a todas las penurias por las que pasó, «ahora es feliz».

La homicida

La Asturiana, que trabajaba en un prostíbulo, conoció a la víctima en 1986 e iniciaron una relación que duró 14 años. Pensaba que su amante se iba a divorciar y ambos terminarían sus días juntos.

La víctima

Un conocido constructor, casado y que había iniciado los trámites de separación para rehacer su vida. Primero con la Asturiana. Hasta que conoció a una joven cubana.

El crimen

El hombre apareció muerto en su cama el 13 de junio del 2000. Semidesnudo y con dos puñaladas en el pecho. Vivía en un dúplex de Barrié de la Maza, en el Orzán.

El móvil

La Asturiana, según la sentencia, lo mató después de mantener relaciones sexuales con él, tras descubrir que ella ya no entraba en los planes de su amante, sino otra mujer.