Una notable colección de hórreos acompaña al iglesario de Erboedo

CRISTÓBAL RAMÍREZ

A CORUÑA

C.R.

En A Laracha, a corta distancia del cauce del Anllóns, aquí nutrido por un sinfín de afluentes, se conserva un interesante monasterio del siglo X y un buen muestrario de arquitectura popular

24 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No es que sea excepcional, pero sí llega a sorprender la gran cantidad de pequeños afluentes que recibe el Anllóns en sus primeros seis o siete kilómetros de recorrido, desde que nace en las alturas del monte Xalo y desciende por tierras de A Laracha. Las aldeas han crecido a una y otra margen, aprovechando las tierras fértiles de ese valle en realidad muy estrecho. Fuera del voluminoso monasterio de San Pedro de Soandres, ya un poco alejado de la corriente, el resto son minúsculos grupos de casas.

Merece la pena irse parando aquí y allá y contemplar la vida que hay en el Anllóns, que va a acabar mucho más allá, en Ponteceso, en la Costa da Morte. O sea, procede desviarse a la derecha (señalizado el monasterio) en la carretera que desde Lodoño asciende hasta Cerceda y Mesón do Vento. Pasado Vilamir -donde por cierto hay un café bar-, tras una larga recta aparece otro desvío a la diestra que invita a ir (hay otra señal) al iglesario de Erboedo. El topónimo indica que por allí hubo madroños, puesto que procede de Arbitu, y de ahí por cierto Albedro.

Nada más cruzar el Anllóns surge un camino a la izquierda, y si van los pequeños de la familia pueden corretear por ahí un poco. Si no, se sigue en ascenso para pasar el cementerio -muy buena idea alejarlo de la iglesia, aunque esta también tiene otro-, llegar a un pequeño espacio con banco y cruceiro y a los 1.300 metros del desvío alcanzar el templo, tras haber dejado a las espaldas el centro ecuestre O Ventoso.

Pero cierto es que la iglesia, puesta bajo la advocación de Santa María, en sí no va a asombrar. Cierto también que sus orígenes se remontan a los siglos XII y XIII, pero ese románico lo combina de tal manera con el barroco que el primero no aparece a la vista de manera evidente. Y cierto, por último, que la planta con una sola nave data de aquellos tiempos iniciales.

En un documento del año 956 se cita Erboleto, que es de suponer que se refiere a este enclave. Un panel allí situado informa de que en 1652 la parroquia figura como «destinada a la composición del camino desde Paiosaco al Valle de Rus, que fenece en Cabaleiros».

La aldea se muestra muy generosa en magníficos ejemplares de hórreos ya del estilo que predomina en el oeste de la provincia coruñesa: base que tiende más o menos ligeramente al cuadrado, elevada altura y aprovechamiento del piso inferior (para colocar aperos, etcétera). Lo cierto es que esa media docena de ejemplares necesita si no es un arreglo en el tejado, un cambio una puerta. En fin, algo que mejore su aspecto y permita su supervivencia. Porque el lugar se lo merece.

EL COMIENZO

43°14’50’’N 8°30’39’’W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Con alguno de los hórreos típicos de la zona.

EL DESAFÍO

Recorrer un tramo de las riberas del joven río Anllóns.

EL PASADO

San Pedro de Soandres data del siglo X.