De 88, 90, 91 y 92 años «felices» de ponerse la primera dosis
13 mar 2021 . Actualizado a las 00:42 h.«Nunca na vida me vacinei, nin da gripe, este ano tampouco, pero para o covid hai que facelo», comentaba Juan Pita Bedoya, de 90 años, tras ponerse el viernes la primera dosis. No estuvo solo. Junto a Juan fueron a vacunarse también sus hermanos Manuel, 88 años, José, de 91, y Emilio, de 92.
Fueron citados por orden alfabético y coincidieron sin haber quedado. A la reunión familiar solo faltó su otro hermano, Ramón, de 86.
Pese a la mala fama de la pandemia por las separaciones familiares, una de las vías para combatirlo también provoca improvisados encuentros, como sucedió este viernes en Sada con los hermanos Villacampa, la saga de armadores Pita Bedoya que es conocida por el nombre de su abuelo. «Están encantados de que chegara o día», explica Lola, hija de Manolo y quien hizo la foto de la reunión familiar en el centro de salud sadense.
Su padre decía que el pinchazo «é igual que o da gripe» y sentenciaba sobre esta dosis que «aínda que non é curativa, vale para previr un pouco». «A ver se fai algo», indicó esperanzado. Manolo reconocía que no llevó bien las restricciones de la pandemia. «Mal, porque non podes saír a ningún lado, só ao supermercado e a farmacia a cargar», apuntó a modo de resumen. Era en el súper donde coincidían varias veces los hermanos con una vida social ahora muy reducida.
Juan, que el jueves alcanzó los 90 años, tira de retranca para decir que no tiene miedo a la pandemia porque a sus años «hai que facer xeito», pero aun así tiene claro que en abril volverá a coincidir con sus hermanos para la segunda dosis. «O 5 hai que poñela outra vez, con iso queda listo e acabouse, e non pasa nada», dice, añadiendo que del primer pinchazo ni se enteró.