-¿De qué está hecho el torero?
-Pues mire, aunque son piezas únicas porque me cuesta repetirlas, de esa ya llevo cinco. Es que el torero lo peta, lo tengo muy controlado. Es una botella de Don Limpio y otra de suavizante.
-Va a acabar con un diógenes...
-Ya tengo un diógenes brutal [risas]. ¡Voy por la calle al quite!
-¿Cuándo empezó a crear figuras tan chulas como estas?
-A mí este tipo de cosas siempre me gustaron, pero cuando estaba estudiando diseño en Barcelona hice un curso de cartón piedra y me flipó.
-Ahora triunfa en las redes.
-Cada vez hay más gente que se mete en mi Instagram [@isabelpitamartin], y eso que no me lo curro nada. Muestro lo que soy y chimpún, no me vendo. Pues me surgen hasta algunos encargos.
Material reciclado: Un recambio de Nespresso puede ser un pendiente, y un Ambipur, una folklórica. Ella le da una nueva vida a las botellas de detergente, los cartones de embalar y los recipientes de huevos.
Profesión: Isabel Pita trabaja como diseñadora gráfica para una gran empresa.
«A las puertas de los 50 me planteé qué me hacía feliz y me lancé»
El up-cycling es tendencia. Con sus esculturas, Isabel Pita (A Coruña, 1971) le da una nueva vida a los residuos de plástico y cartón.
-¿Cuál fue la primera?
-Un soldado inglés. Fue hace tiempo ya, cuando mis hijos eran pequeños. ¡Vi una botella de lejía y toleei!
-¿Le salió así de fácil?
-Creé alguna más y paré para no llenar mi casa de fanfarria.
-Pero hoy es su pasión.
-Es que entonces no le daba valor a lo que hacía. Venía gente a mi casa y me animaban a seguir con las figuras.
-¿Usted qué pensaba?
-Que era entretenido. Como el que hace puzles, vamos.
-Entonces, luego lo retomó.
-Sí, porque a las puertas de los 50 me planteé qué cosas me hacían feliz y me lancé. Me apunté a un curso de escultura y le enseñé todo esto a mi profesor, Miguel Couto.
-El autor de la escultura de la sardina recién inaugurada en el Campo da Leña.
-Justo. Pues él fue quien me empujó al precipicio, aparte de que yo estaba en un momento vital de autobúsqueda.
-¿Qué le aconsejó Couto?
-Que hiciera más esculturas y las expusiera o las vendiera.
-Dice que se lanzó.
-Sí, como reto personal. No tenía nada que perder. Empecé a crear más figuras y a buscar un sitio donde exponer.
-Y eligió droguería Villar.
-Adoro esa tienda. Además, venden desde las botellas hasta las pinturas y los pinceles.
-Usted solo pilla esto último.
-Sí. Su escaparate me chifla ¡y me dejaron exponer!
-¿Fue antes del covid?
-Sí, y fue emocionante. Lo vendí casi todo. Ahí me dije: ¡Va a ser que esto mola! Desde febrero del año pasado no he parado de hacer figuras.