El actor coruñés Denis Gómez empezó en el cine con «Los lunes al sol» y a sus 42 años participa en varios rodajes y colecciona libros y fotos antiguas de la ciudad
21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Era el chaval que llevaba el ferri en el que viajaban los protagonistas de la mítica Los lunes al sol. «Que tu primer trabajo sea con Luis Tosar y Javier Bardem bajo la dirección de Fernando León de Aranoa marca mucho», comenta Denis Gómez Feal. Casi veinte años después volverá a acompañar a Tosar en la gran pantalla en Proyecto emperador, la nueva producción de Vaca Films. También participa en una serie sobre secuestros exprés, en Santo, otra ficción para Netflix... «A mis 42 años estoy en mi mejor momento. Creo que haber hecho unos papeles últimamente que llamaron la atención me abrió bastantes puertas. Es una carrera de pico y pala. Pasito a pasito. Mi sueño sería poder vivir en A Coruña y desplazarme para rodar, pero eso solo lo puede hacer Tosar», analiza. De esos trabajos recientes destaca tres: El sabor de las margaritas, El vecino y Néboa, una producción de Voz Audiovisual al igual que la serie en la que debutó, Nada es para siempre. «Siempre me dan papeles especialitos. Personajes al borde, que son muy agradecidos por el actor. Es más difícil hacer de persona normal. Hice de yonqui, discapacitado o pederasta. También, es curioso, de dos portugueses; de Magallanes y de un personaje que apareció en una temporada de Cuéntame», resume este coruñés exalumno del Eusebio da Guarda.
Abuelo bacaladero
Vive en Madrid, pero estos días vino a casa porque forma parte del elenco de la obra de teatro Pura, que ayer se representó en el Rosalía. «Cuando vengo, me encanta ir a ver a mis ahijadas, a mi familia, a Boebre», asegura Denis, que tiene sangre de Pontedeume por parte materna y de Palencia y Viana do Castelo por la rama paterna. «Mi abuelo era bacaladero en el Muro y conoció a una portuguesa. Y el otro abuelo vino a A Coruña para dar clases de Lengua Castellana. Me hablaban de la regla de Feal y yo pensaba que era una regla nemotécnica para estudiar y en realidad se refería a la que utilizaba para darle a los alumnos», cuenta. Es locuaz y adorna cada respuesta con cantidad de anécdotas. «A mis padres siempre les gustó la música y son personas creativas, y pienso que de ahí me puede venir la parte artística. Siempre vi mucho cine y recuerdo que con La zapatera prodigiosa, con poemas de Lorca y música de Camarón, se me encendió la luz». En cualquier caso estudió Derecho, pero nunca ejerció ni piensa hacerlo.
Fotos de A Coruña
Charlamos bajo una de las pérgolas de la plaza de Vigo, donde se rodó una buena parte de El desconocido. También con Tosar. «Esto eran las huertas de Garás. Me encantan la arquitectura y el urbanismo y colecciono libros antiguos de A Coruña. También mapas y atlas que no me canso de ver. El resto del tiempo libre lo dedico a ver cine, teatro, andar y pasear. Por A Coruña me encanta ir por el paseo hasta O Portiño o a los surfistas», confiesa. Es una persona encantadora. El chico perfecto. Cariñoso. Ni la mascarilla disimula su sonrisa. «Mi principal virtud es la empatía, desde luego. Y tengo el defecto de que veo la paja en el ojo ajeno. Soy más de ver los defectos de los demás. A pesar de que su currículo artístico ya es extenso, es de los que pasan desapercibidos para la gente. «Me caracterizan mucho. Hace nada me raparon para una obra sobre el Holocausto del Teatro Español de Madrid. Ahora me dijeron que me tiene que crecer el pelo al menos seis centímetros para la serie de Netflix que voy a rodar. Creo que mi principal virtud como actor es la versatilidad». Dice que le dan más papeles de comedia en Madrid que en Galicia y reconoce que es «bastante payaso. Cuando era más joven no tanto, pero con la edad me he ido enloqueciendo», confiesa. Otra de sus aficiones es ver programas de cocina y ponerse manos a la obra. «Soy cocinillas y me salen bien platos castellanos como las migas o el pisto. Me gusta comer», asegura este actor coruñés que atraviesa por el mejor momento de su carrera. «Hay que ir paso a paso. Cuando debuté en Los lunes al sol pensé que me iban a llover ofertas y estuve dos años sin trabajar», recuerda. Un placer estar con él.