La gaviota levanta el vuelo

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Vista de los Cantones Village, una de las partes del proyecto  Alas de gaviota .
Vista de los Cantones Village, una de las partes del proyecto Alas de gaviota . MARCOS MÍGUEZ

Nació torcido el proyecto «Alas de gaviota» de los arquitectos César Portela y Ricardo Bofill

30 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nació torcido el proyecto Alas de gaviota de los arquitectos César Portela y Ricardo Bofill, bautizado así por el aspecto de la doble cubierta que parece aletear, posada sobre los muelles: Palexco se puso en marcha en marzo del 2005; el Puerto Centro de Ocio, en agosto de ese año. Era la opción más barata de un concurso al que se habían presentado profesionales de la talla de Jean Nouvel.

El alcalde, Francisco Vázquez, tardó dos meses en hacer público su ya conocido malestar con el resultado de la obra. «Está hecha al revés. No me gusta, estoy muy decepcionado. Por dentro ha quedado un poquito cutre, y ese suelo de pizarra por el que mi mujer me pone verde...», confesó en el programa Cita en María Pita, de Radio Voz.

A esas alturas, la mayoría de los coruñeses, que habían acudido en masa a visitar el centro de ocio, pensaban igual. Pero fue el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia el que dio la puntilla a la gaviota en abril del 2007, en la sentencia que siguió a la denuncia de una de las firmas concursantes. Ocho páginas en las que se leía esto: «Es la peor propuesta de las tres presentadas. No se adecúa a la normativa vigente y no ha tenido en cuenta el entorno, el análisis urbanístico ni el impacto ambiental. Se opone a la normativa del área y a la vida urbana, y la ciudad perdió una oportunidad única al permitir esa barrera visual».

Ahora,16 años después de que viese la luz el proyecto, el Ayuntamiento plantea la posibilidad de que las Alas de gaviota (una al menos) levanten el vuelo y se lleven esa barrera que ha privado a los ciudadanos de las mejores vistas de A Coruña. Todo un dilema para el debate. Para unos, justicia urbanística. Para otros, un despilfarro millonario.