Generosa Ramos, de 106 años: «Tenía mucho miedo al bicho, pero con la segunda vacuna ya estoy más tranquila»

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA

Generosa Ramos, una mujer de 106 años y usuaria de la Real Institución Benéfica Padre Rubinos, recibió este jueves recibió la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19
Generosa Ramos, una mujer de 106 años y usuaria de la Real Institución Benéfica Padre Rubinos, recibió este jueves recibió la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19 Marcos Míguez

Nueve enfermeras del Sergas inyectaron la segunda dosis de la vacuna a 146 usuarios y a 160 trabajadores de la residencia Padre Rubinos de A Coruña

22 ene 2021 . Actualizado a las 14:07 h.

«Le tenía mucho miedo al bicho, pero al recibir la segunda vacuna, y con la ayuda de Dios ya estoy más tranquila». Quien se expresa así es Generosa Ramos, una mujer de 106 años y usuaria de la Real Institución Benéfica Padre Rubinos que sobre las nueve de la mañana de este jueves recibió la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19, con lo que queda inmunizada. «Casi no noté ni el pinchazo, pero aunque doliese un poco la vacuna es necesaria, es lo único que nos puede salvar», subrayó Generosa. «Espero que pronto se pueda vacunar todo el mundo», añadió esperanzada.

Marité, de 100 años, recibe la segunda dosis
Marité, de 100 años, recibe la segunda dosis Marcos Míguez

Minutos antes recibía también la segunda dosis para quedar vacunada Marité Castro Vidal, de 100 años. Hizo un pequeño gesto de dolor cuando la estaban pinchando en uno de sus brazos, «pero casi no me enteré», indicó finalmente. Marité dijo sentirse muy contenta «y mucho más tranquila, porque estaba preocupada, tenía miedo a contagiarme, aunque en Padre Rubinos estamos muy controlados», recalcó. A primera hora de este jueves, nueve enfermeras del Servicio Galego de Saúde (Sergas) acudieron a la residencia Real Institución Benéfica Padre Rubinos de A Coruña. El objetivo era inyectar la segunda vacuna contra el covid-19 a 167 usuarios y a 160 trabajadores, es decir 327 personas.

De los 167 beneficiados de este centro coruñés, 146 están acogidos en la residencia geriátrica, «con personas de entre 70 y 106 años», explicó Eduardo Aceña, director del centro. Otros 11 están en el centro de atención básica de inclusión, y 10 en la unidad de inserción social del albergue, agregó. Nada más inyectada la primera dosis de la vacuna contra el covid-19, el 31 de diciembre, el equipo sanitario de Padre Rubinos ya preparó el protocolo para poner en marcha el plan para la segunda inoculación, «cumpliendo con todas las medidas establecidas para evitar cualquier incidencia, cualquier contagio», señaló Adriana Carracedo Tajes, enfermera del centro social.

Marcos Míguez

De hecho, antes de este jueves fue necesario remitir a las autoridades sanitarias gallegas el listado de usuarios y trabajadores de la institución benéfica coruñesa. Desde el centro se desarrolló un plan por el que las personas que iban a recibir la segunda dosis acudiesen al recinto sanitario instalada del centro siguiendo el horario establecido para cada uno de los usuarios y trabajadores de Padre Rubinos.

El responsable de la institución, Eduardo Aceña explicó que desde que comenzó la pandemia «no sufrimos ningún brote de coronavirus. Algún susto individual, pero que no fue más allá», subrayó. Cree que gran parte de la ausencia de la enfermedad en Padre Rubinos «se debe al control que realizamos en nuestras instalaciones». A todo aquel usuario en tránsito «se le toma la temperatura y se le realiza PCR por el equipo sanitario del centro, y si se detecta algún positivo, la persona en cuestión es enviada al centro que la institución tiene en Santiago, donde permanece aislado», explicó Adriana Carracedo.

Además, a pesar de que la residencia está al cien por cien de su ocupación, 90 personas, y con lista de espera, se redujo la capacidad «para seguir el protocolo anticovid», indicó la enfermera. También se habilitaron, fuera del geriátrico, dos zonas en la sala de sofás, «y en cada una solamente pueden estar 10 y 9 usuarios, respectivamente, cumpliendo con las recomendaciones», subrayó. Otra de las medidas adoptadas por la institución benéfica Padre Rubinos para combatir la pandemia fue la de preparar 13 habitaciones individuales, con baño incluido, «para poder aislar a algún usuario que tenga síntomas de la enfermedad o dé positivo», recalcó Adriana Carracedo.