La huella de la romanización coruñesa

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso CORUÑA

A CORUÑA

Concello de Arteixo

Un campamento militar (la Ciudadela de Sobrado), los puentes y carreteras con las que vertebraron su territorio (la calzada romana sobre el Ponte dos Brozos en Arteixo) y el puerto que fue un centro comercial de gran magnitud (la Coruña romanizada de Brigantium con su torre de Hércules) forman parte del legado de la conquista del imperio romano en Gallaecia

11 dic 2020 . Actualizado a las 14:52 h.

Los primeros pasos de la huella romana en la comarca nos tienen que situar, necesariamente, en A Coruña. Necesariamente porque los historiadores coinciden en que la ciudad experimentó una intensa romanización y que su puerto fue un centro comercial de gran magnitud y un gran punto estratégico en esta etapa de la historia. Y es que la ruta de navegación atlántica abastecía de metales a los grandes centros del mar Mediterráneo. 

Así que, mientras los castrexos se resistían a abandonar Elviña, en lo alto del monte, el imperio de Julio César se asienta entre el Parrote y la Ciudad Vieja y toma el control político y económico de la zona.

También los romanos fueron los constructores del gran faro que es hoy la torre de Hércules. Este es el gran referente romano, una obra que todavía perdura y funciona en la actualidad y que, además, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Con toda probabilidad, la torre fue levantada en la segunda mitad del siglo I o principios del siglo II d. C. con el fin de acompañar a los barcos que bordeaban el extremo más occidental del Imperio.

No se conoce con certeza cómo era su aspecto exterior pero, tras las excavaciones arqueológicas realizadas, se sabe que contaba con un muro perimetral y con una rampa o escalera de piedra que daba acceso a la plataforma superior. En lo alto, una planta circular acabada en forma de cúpula con un hueco en el centro, para la salida de la luz y del humo, servía de guía a los barcos, tal y como refleja la recreación de Enrique Cabarcos que acompaña a estas líneas. De ahí que se la conociese inicialmente como Castellum.

Recreacion de la torre de Hércules en época romana
Recreacion de la torre de Hércules en época romana Enrique Cabarcos

El antiguo asentamiento de Brigantium se localizaba en la actual Dársena de la Marina, barrio de la Pescadería, plaza de María Pita, calle Real y parte de la Ciudad Vieja, ocupando un espacio de unos 600 metros de longitud por 150 metros de ancho.

«La zona del Parrote, mejor resguardada de las corrientes marinas, fue la que ofreció un mayor caudal de restos de la época romana», explica Xosé Ramón Barreiro en su Historia de la Ciudad de A Coruña. Muchos de estos vestigios, junto con los aparecidos en el castro de Elviña, se conservan en el Museo Arqueológico e Histórico del Castillo de San Antón; pero la mayoría de los restos quedaron sepultados por la nueva ciudad. Para que nos hagamos una idea, en el solar que ocupa hoy la Fundación Barrié «había unha pequena vila», aclara el arqueólogo Antón Malde. 

Un pozo romano en Eirís

Y no solo en el centro de A Coruña han aparecido restos. Durante las obras del campo de fútbol de Eirís ha habido hallazgos más recientes. «Atopouse un pequeno pozo romano con conchas, algunhas cerámicas e unha presenza moi abondosa de restos mariños», añade Malde, quien intervino en la excavación. «É unha noticia moi boa para a historia da Coruña, porque é outra peza máis que axuda a entender o puzle. Naquel momento, Eirís estaría nos arrabaldes, pero vencellado a ese camiño que comunicaba coa famosa Vila Romana de Cambre. Ademais, hai que ter en conta o topónimo tardo-romano, que fala dun tal Eurico». En la actualidad, está en fase de elaboración el proyecto de puesta en valor de este hallazgo y, en el futuro, se podrá visitar.

Una de las hipótesis que mejor explica la expansión de los romanos por nuestro territorio es que el Camino Inglés pudo ser, en origen, una vía romana, aunque fuera secundaria. Y un ejemplo de las calzadas con las que los de Julio César lograron vertebrar Hispania entera lo tenemos en Arteixo, con su Ponte dos Brozos.

Según parece, esta infraestructura pertenecería a la Via XX, la Per Loca Marítima, que era una variante para dar salida a los comerciantes de la época hacia la comarca bergantiñana, rica en oro y estaño. 

Sobrado, campamento militar

En la ruta de otra conocida vía, el Camino de Santiago, se sitúa el campamento romano de Cidadela, en Sobrado dos Monxes. Allí vivían unos 400 soldados de la cohors I Celtiberorum, unidad perteneciente a la legión encargada de defender la provincia de Lugo (la ciudad de las Murallas era la gran metrópoli de la época) y el norte de A Coruña. Las 2,4 hectáreas de terreno que ocupaba el campamento estaban configuradas como un acuartelamiento militar. De hecho, tenían enfermería, cocina, zona de adiestramiento... A día de hoy, se puede visitar y recorrer pero, según Antón Malde, «a Ciadella de Sobrado foi abandonada polos romanos no século IV. As crónicas din que marcharon para Cantabria. Un século despois, cando chegan os suevos, ocupan este recinto militar porque ten tanto prestixio que, ao pouco, faise alí unha basílica». Además, existe cierto consenso en que la palabra Curtis viene de cohorte. «O campamento propiciou sinerxias relixiosas e no poboamento», di Malde. Un recorrido lleno de vestigios romanos.

«El pozo romano que apareció en el barrio de Eirís se podrá visitar en el futuro»

«El Camino Inglés pudo ser, en origen, una vía romana hacia

el interior»