Armenia, una guerra muy próxima

Felipe Peña

A CORUÑA

Dibujo del monte Ararat desde la fortaleza de Erebuni, en Erevan (Armenia), realizado por el arquitecto y profesor de la UDC Felipe Peña en abril del 2013
Dibujo del monte Ararat desde la fortaleza de Erebuni, en Erevan (Armenia), realizado por el arquitecto y profesor de la UDC Felipe Peña en abril del 2013 FELIPE PEÑA

La Escola Técnica Superior de Arquitectura da Coruña mantiene un convenio con la Nuaca de Erevan que desde el 2013 ha hecho posible un fructífero intercambio de alumnos y profesores en proyectos compartidos

08 dic 2020 . Actualizado a las 00:06 h.

Aunque estos últimos días se haya forzado una paz precaria -con las tropas rusas ayudando tardíamente en este cese de hostilidades-, la violencia de los tanques, los drones y los mercenarios se ha impuesto de nuevo a la solución negociada. Solo las palabras pueden llegar a hacer convivir a las gentes que habitan este territorio montañoso del Alto Karabaj. Deberíamos pensar que la guerra es un argumento de otras épocas. Esta región autónoma de habla y cultura mayoritariamente armenia se encuentra en el extremo asiático del Cáucaso y está poblada también por azeríes. Como en tantos otros lugares, la disputa étnica ha sido activada. Si no somos capaces de aceptar todos cesiones y acuerdos de convivencia, las armas volverán a sonar. El grupo de Minsk (Francia, Estados Unidos, Rusia, entre otros países) está en ello, y Europa en su conjunto debería implicarse más, si realmente quiere hacer valer su influencia como moderador internacional ante la inestabilidad de los actores tradicionales. Rusia ha impuesto un alto el fuego demasiado tarde, cuando Turquía había optado una vez más por la fuerza contra los armenios, trayendo a primer plano algunos de los episodios más oscuros de la reciente historia mundial.

Pero no es de esto de lo que a mí gustaría hablar, quizás por lo complicada que veo su resolución. Quiero hablar de la estrecha relación que se ha establecido entre las universidades de Erevan y A Coruña, y más concretamente entre sus escuelas de arquitectura, en los últimos años.

Desde el 2013 la Escola Técnica Superior de Arquitectura (ETSA) de A Coruña mantiene un convenio con la NUACA de Erevan, y anualmente se produce un doble intercambio de alumnos y profesores en talleres de proyectos compartidos entre ambas escuelas. Además, en los últimos tres años, la institución armenia ha participado también en un proyecto Erasmus+ Iacobus que, financiado por la Unión Europea, ha desarrollado trabajos de recuperación patrimonial e integración social en el puerto fluvial del Danubio (Ratisbona, 2018), en el entorno del río Sar (Santiago de Compostela, 2019) y en la isla de San Lázaro de los Armenios (Venecia, 2020). Este proyecto de tres años ha sido coordinado por la Universidade da Coruña (UDC) a través de la escuela de arquitectura. Muchos estudiantes de la ETSA de A Coruña conocen ya este país, y numerosos armenios han compartido aulas con sus compañeros del proyecto Iacobus aquí en la escuela de la Zapateira.

Hay una gran proximidad entre nuestras culturas; los contactos que mantenemos con los armenios se producen en el marco de las relaciones internacionales de la Universidade da Coruña a través de programas europeos en los que actualmente intervienen estudiantes y profesores de A Coruña, Francia y Alemania (Clermont-Ferrand y Ratisbona) con la colaboración puntual de la escuela de Lovaina, en Bélgica. Francia es sin duda el país que lleva la iniciativa en estos acercamientos. Por parte de Armenia hay una clara voluntad de relacionarse con Europa, a quien ven más próxima que a sus vecinos geográficos, con los que comparte una larga historia de desencuentros, conflictos y choques culturales. Aunque económicamente esta relación es ya intensa, se incrementa notablemente a través de los programas culturales y de las relaciones migratorias que han hecho de la diáspora armenia -más de la mitad de la población del país está dispersa por el mundo- el mejor recurso en el exterior, con abundantes flujos económicos que sanean las finanzas del país. Las comunidades armenias importantes disponen de escuelas propias, ya que es un pueblo en el que la identidad reposa muy intensa y deliberadamente en la lengua. Una lengua difícil, con un alfabeto y una grafía propias, creado al principio del siglo IV con formas fonéticas y una emocionante carga poética y simbólica, que sigue en uso y que constituye la raíz más profunda de la identidad armenia, junto con la religión, pues son un reducto del cristianismo primitivo en el centro del Asia musulmana. Ser armenio no es una cuestión de nacionalidad, sino de ciudadanía adquirida por la estirpe y por el bautismo en la fe.

El poeta ruso Ósip Mandelshtam nos describe a este pueblo como seres que tienen «unos ojos muy negros que parecen taladrados en el cráneo», y sobre su lengua: «El gato salvaje del habla de Armenia / me atormenta y araña el oído». Casi todos los armenios hablan además otras tres lenguas: ruso, inglés y francés. Hay un buen entendimiento con los alumnos y profesores de las tres escuelas europeas que participan también en el programa.

Nuestra próxima cita en este programa Iacobus 2021 será en el mes de marzo en A Coruña para elaborar propuestas en el complejo de la antigua Fábrica de Armas de A Coruña, ahora en proceso de conversión en Ciudad de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), con un programa que se está preparando estos días mediante reuniones por videoconferencia entre las cuatro escuelas de arquitectura y que permitirá a los alumnos ofrecernos alternativas imaginativas en sus ejercicios académicos para esta magnífica oportunidad urbana. Esperamos que nuestros compañeros y amigos de la escuela de Ereván puedan estar aquí con nosotros trabajando en este proyecto arquitectónico para la ciudad de A Coruña y para toda Galicia.

Felipe Peña Pereda es arquitecto, profesor de Proxectos de la Escola Técnica Superior de Arquitectura da Coruña y del programa Iacobus.