El desaire del PSdeG a Inés Rey refuerza el arsenal de la oposición

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

El gobierno local afronta la división de la militancia y el escaso apoyo del aparato del partido, que no ha defendido su labor

13 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«La oposición nunca lo ha tenido tan fácil», decía ayer un miembro del aparato de gobierno socialista, preocupado tras un pleno que el ejecutivo local salvó en medio de síntomas preocupantes. Quizá el más grave a largo plazo es el progresivo aislamiento del PSOE. Empezó el mandato con acuerdos aparentemente estables con Marea y BNG, con los que suma más que mayoría absoluta; pero que ahora mismo, cuando ni se ha llegado al ecuador del mandato, gobierna «surfeando», como dijo Francisco Jorquera (BNG), por su falta de respaldos firmes y unas crecientes prisas que dificultan todas las negociaciones.

En el ejecutivo local preocupa en especial el mantenimiento de la buena relación con el Bloque, con el que la Marea, volcada desde hace meses en desgastar a Rey, intenta estrechar lazos.

Con el PP, como era previsible, tampoco se ha cerrado una relación de colaboración estable. Los populares, victoriosos en las autonómicas, volvieron ayer a ofrecer gobernabilidad mientras la izquierda se descompone sola ante sus ojos, con el PSOE lavando sus trapos sucios en público y la Marea descoyuntada por la salida de Podemos, que se materializará en el pleno de diciembre.

Rosa Gallego apuró ayer esos argumentos, pero contó con munición extra para disparar contra el gobierno local tras el desaire de la dirección del PSdeG a la alcaldesa: «Cómo pueden exigir a los hosteleros que paguen impuestos si ustedes no pagan las cuotas del partido». El portavoz del gobierno local evitó entrar al trapo de un argumento que, facilitado por el propio PSOE, pone en tela de juicio la credibilidad de su gobierno en la ciudad con más peso económico de Galicia.

En realidad, insistieron ayer fuentes del gobierno municipal y del propio Partido Socialista, los miembros de la corporación coruñesa tienen el pago de sus cuotas al día. El problema es que el importe de las mensualidades aprobadas por 186 de los 187 miembros del comité provincial de A Coruña no cumplen, según dijo ayer el PSOE, los mínimos que indicó la dirección federal.

Esa discrepancia interna, según aseguró Eva Martínez Acón, provocó su destitución. Pero el gobierno local ha insistido de forma unánime en que se la ha apartado por su falta de entrega al cargo.

Pero la polémica, además de entregar armas a la oposición, también ha servido para encrespar el ánimo en la compleja agrupación socialista de A Coruña.

Las consecuencias están a la vista de cualquiera, en las redes sociales, donde militantes más o menos conocidos llevan días descalificando a los protagonistas de la polémica. No escapan a esa tendencia ni los cargos públicos. Destaca el caso del diputado Martín Seco, exportavoz en Arteixo, que no estaba implicado en el asunto, pero se metió para, sin mencionarla, acusar a Inés Rey y su equipos de utilizar «falsedades» contra Eva Martínez o de fichar «concelleiras tránsfugas». Su conducta, afeada por algunos militantes que le recuerdan sus responsabilidades, ha sido aplaudida por otros afiliados.

Si nada cambia, esa división ahondará en la brecha entre el aparato coruñés del partido y su gobierno. Una brecha que ya se advertía en las redes sociales, donde el PSOE local apenas reivindica las políticas de su ejecutivo local. Nada que ver con la Marea, el PP o el BNG, que emplean esa plataforma de forma continua para impulsar sus políticas en María Pita.