Los ambulantes también alzan la voz: «Queremos alimentar a nuestros hijos»

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Imagen de archivo del mercadillo de Os Mallos
Imagen de archivo del mercadillo de Os Mallos CESAR QUIAN

«Nuestra gente ni siquiera puede pagar la luz», aseguran sobre su «crítica» situación por el cierre de las ferias

08 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vendedores ambulantes denuncian que su situación es crítica, «inaguantable». Con las últimas restricciones al comercio impuestas por la Xunta también ellos, dice, se quedan «a dos velas». «Nuestra gente ya ni siquiera puede pagar la luz, viven con niños y alumbran su piso con velas. ¿Tú sabes lo que es eso?», lamenta Alfredo Barrul Jiménez, uno de los representantes locales de este colectivo. «Muchas familias me llaman llorando porque no saben qué van a comer mañana. Me dicen: ‘‘No quiero lujos, quiero poder darle de comer a mis hijos’’. Esto es lo que están haciendo con nosotros», añade Barrul.

Desde el sector, que ya realizó varias quejas durante el verano a causa de la cancelación de numerosas ferias y fiestas patronales, viven con preocupación una crisis en la que se ven injustamente tratados. «No entendemos por qué los centros comerciales pueden estar abiertos. Siempre van en contra del sector más débil, que somos nosotros», recalca Barrul.

«Esto a nosotros nos está matando, hay vendedores que pueden aguantar, pero son pocos. El 99,9 % no porque viven el día a día. ¿De qué vivimos?», añade el portavoz de los vendedores ambulantes, para quien en el caso de A Coruña, «la Administración pone las normas y nosotros las cumplimos. ¿Por qué no nos dejan trabajar con las normas que ponen ellos mismos?».

Y los gastos siguen

También recuerdan que la gran mayoría de los gastos no les han desaparecido. Siguen abonando, entre otros muchos impuestos, las licencias de ferias que en las últimas semanas se han cancelado por motivos de prevención de los distintos ayuntamientos. «Si la gente cree que nosotros no tenemos pagos, pues que sepa que sí tenemos: estamos empeñados, como todo el mundo. Hay gente aquí que tiene que pagar hipotecas, tarjetas de crédito. A nosotros nadie nos descuenta nada», insiste Barrul Jiménez.

«El ayuntamiento nos sigue cobrando nuestros puestos, no dejamos de pagar por nuestros espacios ni por la seguridad social ni por responsabilidad civil. Y aún encima nos quitan los mercadillos», lamenta finalmente el portavoz.