Alejandro Manzano, ingeniero en los Países Bajos: «En Enschede encontré a la mujer de mi vida»

Alejandro García Chouciño
A. g. chouciño A CORUÑA

A CORUÑA

Alejandro Manzano y su pareja, Flávia, en La Haya
Alejandro Manzano y su pareja, Flávia, en La Haya

Este coruñés se fue en el 2012 ante las dificultades laborales que había en España

05 nov 2020 . Actualizado a las 16:24 h.

Alejandro Manzano Novoa (1987) lleva ocho años viviendo en los Países Bajos, uno más de los que pasó en Madrid mientras se formaba académicamente. «Terminé mis estudios de Ingeniería Técnica Industrial en la Universidad Pontificia de Comillas y comencé mi primera experiencia profesional en Flowserve. Con esta misma empresa surge por casualidad una oportunidad de trabajo, como ingeniero de proyecto en Flowserve Hengelo, en la zona este de los Países Bajos», explica Manzano.

Así fue como en el 2012 comenzó su aventura en el extranjero. «Llegó apenas medio año después de terminar la carrera, y con la suerte de que la empresa me ayudó mucho a resolver todo el papeleo y a encontrar mi primera estancia». Añade que en España «era difícil encontrar empleo para cualquier persona. Era una situación altamente desalentadora». Por otra parte, un aspecto que le ha hecho sentirse más cómodo en lo profesional es la «ausencia de jerarquía piramidal, la cual aún siento muy presente en España».

«Declarábamos nuestras horas trabajadas al final de cada semana. Nadie tenía que fichar. Nadie controlaba tus horas»

En este sentido, Manzano afirma que le impresionaron dos aspectos en la forma de trabajar ahí: «El trato informal con cualquier compañero, independientemente del cargo, y la confianza en el empleado. Declarábamos nuestras horas trabajadas al final de cada semana. Nadie tenía que fichar. Nadie controlaba tus horas. Cuando llamabas para decir que estabas enfermo, la única respuesta era 'gracias por avisar. Mejórate'».

A lo largo de estos años, Manzano pasó por otras empresas en el país neerlandés. «Trabajé durante un año, a media jornada, en Twin-Tech Engineering, una start-up de ingeniería mecánica. Fue un trabajo bastante oportuno, ya que con veinte horas semanales me permitía cubrir todos mis gastos y combinar mi trabajo con unos estudios de Máster en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Twente».

Pese a que echa de menos a su familia y amigos de A Coruña, Alejandro explica que salir fuera ha supuesto una experiencia muy enriquecedora. «Irónicamente, en la recóndita ciudad de Enschede, conocí a gente de todos los continentes, a algunos de mis amigos y amigas más cercanos/as, y a la mujer de mi vida, original de Brasil». En el 2019 se mudó a Delft junto con su pareja, Flávia, tras ambos encontrar trabajo en la misma región. «Mi actual trabajo comenzó en Ampelmann Operations, una compañía que se dedica al diseño de sistemas de compensación de movimiento, para garantizar la transferencia de personal de manera más segura. Una empresa muy joven, plenamente volcada a la innovación y la mejora de servicios para la industria offshore».