Maite Corbelle: «Doce horas al volante de un taxi dan 10 o 12 carreras, y ahora cortas»

M.C.

A CORUÑA

FEDRA MOURMOURI

El sector pierde los viajes largos, «a Alvedro, Inditex o Santa Cruz», y queda a expensas de la reducida movilidad en el perímetro urbano

31 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Doce horas al volante de un taxi dan estos días para 10 o 12 carreras, y ahora cortas, cuando hace un año eran 30 o 40», afirma Maite Corbelle desde la parada de Alcampo, muy cerca del límite municipal que a partir de hoy solo se podrá atravesar en casos excepcionales.

La nueva norma llega en vísperas de Difuntos y cubre de incertidumbre los movimientos para atender los nichos en el área metropolitana que a lo largo del año nutren buena parte de la facturación del sector. «Este fin de semana la previsión era que los desplazamientos a los cementerios fueran más intensos, pero este tipo de viajes es constante en cualquier época», afirma la taxista, que ve cómo se esfuman las carreras, también habituales, para trasladar a personas «mayores a sus segundas residencias en Oleiros, Sada o Cambre», explica.

Con los desplazamientos derivados del ocio nocturno suspendidos por el toque de queda, la circulación queda a expensas de demandas puntuales dentro del municipio. «Los jóvenes no salen, los mayores ya no van a médico. Si nos movemos va a ser muy muy poco y con carreras cortas», se queja Corbelle, que alerta de la confusión de los clientes sobre los desplazamientos permitidos. «Ya han empezado a preguntar y lo único que podemos decirles es que la responsabilidad es suya. Ellos son los que tienen que llevar el justificante para poder salir del ayuntamiento».

«Volveremos a esperar horas en las paradas, como durante el confinamiento»

Conchi Prieto lleva algo más de un año en el gremio del taxi y tiene fresco el recuerdo del frenazo que supuso la pandemia. «Sin las carreras largas a Alvedro, Inditex o Santa Cruz, el sector aguanta con la población de la ciudad y las muchas horas que le echamos», explica esta mujer que llegó a estar más de tres horas en una parada y ahora teme un nuevo retroceso. «Pienso que volveremos a esperar horas en las paradas, como en el confinamiento», aventura, y apunta: «A nuestros viejos les tocó vivir una guerra y a nosotros nos toca una pandemia. Hay que tomárselo con calma. Salir a ver si hay suerte y, si no la hay, mañana será otro día».