La policía desaloja a 13 okupas de un edificio en A Falperra

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA

Quince minutos después del desahucio, tres allanadores se dirigieron a otro inmueble okupado del barrio para buscar muevo alojamiento

26 oct 2020 . Actualizado a las 15:04 h.

Sobre las diez de la mañana de este lunes se inició el desahucio de los okupas que hace casi un año allanaron el edificio número 19 de la calle Doctor Fleming, en A Falperra. Para el desalojo se montó un importante operativo policial, en el que participó el 092, unos 12 agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y otras unidades del 091, así como los miembros de la comisión judicial.

Dos horas después del inicio del levantamiento, sobre las doce del mediodía, se dio por finalizado el operativo. Los policías echaron a 13 okupas, entre ellos a una joven, la única que salió gritando e insultando al vecindario. Los policías requisaron distinto material, como una mesa de mezclas, palos de golf, cañas de pescar, dos bicicletas, patinetes eléctrico, equipos informáticos y audiovisuales, distinto material deportivo y varias cajas de herramientas. De hecho, tres vecinos de la zona se acercaron a Doctor Fleming y hablaron con los agentes que estaban bajando las cosas requisadas en el edificio y cargadas en una furgoneta. Querían observar la mercancía confiscada. Y reconocieron objetos de su propiedad, los palos de golf, las cañas de pescar y, al menos, una de las cajas de herramientas. Eso sí, para recuperar sus pertinencias tendrán que acercarse a la comisaría de la Policía Nacional.

Tan solo quince minutos después del desalojo le sonó el teléfono al presidente vecinal de la Falperra, Jaime Suárez. Su interlocutor le comunicaba que tres okupas recién desahuciados estaban en la puerta del edificio número 6 de la calle Alcalde Soto González, a escasos cien metros del que residieron hasta la mañana de este lunes. Su intención era que un allanador que ocupa un piso en este inmueble le abriese la puerta y le diese alojamiento, pero no recibieron respuesta. Jaime Suárez llamó de inmediato a la Policía Nacional, que envió a la zona una patrulla: «Los agentes me dijeron que continuarían con la vigilancia por el barrio para evitar otra ocupación", subrayó Suárez.

El dispositivo policial dio comienzo cuando llegaron a la calle Doctor Fleming varías patrullas de la Policía Local. Los agentes crearon un perímetro de seguridad y cortaron al tráfico esta vía y calle adyacentes. Minutos después hicieron acto de presencia vehículos convencionales del 091, que abrieron el paso a las furgonetas de los miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Los agentes forzaron la puerta para acceder al inmueble, accedieron al interior y recorrieron todos los pisos del inmueble.En alguno de ellos tuvieron que utilizar la fuerza para abrir las puertas. Sobre las 10.25 horas entraron los miembros de la comisión judicial para ejecutar el último acto del proceso, mediante el que se devuelve la posesión del inmueble al propietario. En esos momentos llegaron a las inmediaciones del edificio dos okupas, uno de ellos evitó a los agentes que formaron el perímetro de seguridad, el otro fue identificado y le hicieron entrar en su interior. A las 10.50 horas dio comienzo la procesión de okupas hacia el exterior del inmueble, en todo momento acompañados por los agentes.

César Quian

« Los dueños procederán al tapiado del edificio, tanto la puerta principal como la del bajo»

El desahucio se estuvo desarrollando con normalidad, sin altercados, «porque los allanadores están saliendo por su propia voluntad» explicó Enrique Rodríguez, abogado de la inmobiliaria propietaria del inmueble. Anunció que los dueños «procederán al tapiado del edificio, tanto la puerta principal como la del bajo, por donde entraron la primera vez, en enero». Subrayó que las obras se realizarán «nada mas finalice el levantamiento del edificio». Y así fue. Un equipo de albañiles comenzaron a levantar sendas paredes de ladrillo pasado el mediodía. Rodriguez explicó que este desalojo fue posible tras una orden judicial. Sobre el edificio número 20, ocupado por 5 jóvenes argelinos anunció que el desahucio «se ejecutará en los próximos meses». Recalcó que el retraso se debe a que el juzgado sobre el que recayó este expediente «tiene menos carga de trabajo».

«Buscaré otro sitio, en los albergues no me quieren, y fuera no voy a dormir», afirma un okupa

Tomy es uno de los okupas desalojado en la mañana de este lunes. Tiene 35 años y es argelino. Contó que lleva un año y tres meses en A Coruña, «y nunca trabajé», y no quiso explicar de qué vivía. Sí reconoce que antes de llegar a la ciudad participó en campañas de la fresa en Huelva y de la aceituna en Jaén. El hombre tiene una mano vendada porque sufrió «un corte con un cristal», pero negó que se debiese a romper un vidrio de un coche para robar, como indicaron varios testigos: «Yo no robo. Me caí sobre un cristal», aseguró. Ahora no sabe a dónde ir: «Buscaré otro sitio, en los albergues no me quieren, y fuera no voy a dormir», subrayó. 

Satisfacción por el dispositivo policial

La subdelegada del Gobierno en A Coruña, Pilar López-Rioboo, ha manifestado su satisfacción por el dispositivo policial que ha permitido el desalojo de trece okupas en del número 19 de la calle Doctor Fleming, en el barrio de la Falperra, y ha mostrado «su confianza que este tipo de actuaciones sean más frecuentes» tras las medidas adoptadas por el Ministerio de Interior y la Fiscalía General del Estado. López-Rioboo ha puesto en valor la coordinación policial y judicial para mantener la intensidad en la lucha contra la okupación ilegal de viviendas. «Es fundamental y es un elemento indispensable para conseguir una mayor eficacia, algo que en la mayoría de los casos pasa por la actuación judicial, como ha sido el caso de esta mañana en relación con uno de los edificios ocupados en A Falperra», ha asegurado.

No obstante, la subdelegada del Gobierno ha reiterado que en los casos de inmuebles ocupados que no son viviendas de primera o segunda residencia, es fundamental la implicación de los propietarios, en la mayoría de los casos inmobiliarios o bancos, así como la implicación del estamento judicial, tal como ha ocurrido en el caso de A Falperra. Por ello, confía en que se mantenga esta línea de actuación que permita una mayor tranquilidad y seguridad a los vecinos, en este caso de A Coruña.

Durante el desalojo estuvieron presentes varios miembros de la asociación vecinal de A Falperra. Su presidente, Jaime Suárez mostró su satisfacción por el levantamiento. «El barrio estaba en estado de sitio. A primera hora de la noche nadie se atrevía a salir a la calle. Los vecinos estaban temerosos porque algunos ya vivieron experiencias muy desagradables y peligrosas», explicó. Suárez desea desea que los allanadores «no se vayan a formar follones a otro barrio de A Coruña».