Vecinos de A Falperra plantean formar patrullas ciudadanas contra los okupas

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA

Okupas saliendo del edificio número 19 de la calle Doctor Fleming
Okupas saliendo del edificio número 19 de la calle Doctor Fleming Emiliano Mouzo

Varios padres aseguran que tienen que dejar su trabajo un tiempo para acompañar a casa a sus hijas por temor a inquilinos ilegales

17 oct 2020 . Actualizado a las 12:08 h.

El gravísimo problema de seguridad ciudadana por los okupas de la calle Doctor Fleming, en el barrio de A Falperra, está alentando ánimos de atrevimiento y revancha entre los vecinos. Varios padres denunciaron en la tarde noche del viernes cómo les cambió la vida desde la llegada de esta banda al barrio. Uno de ellos pone un ejemplo: «Tengo una hija que tiene distintos turnos de trabajo, y cuando sale a primera hora de la noche para venir a casa, los nervios se excitan», contó Andrés.

«Lo haremos como lo hacen estos profesionales, armados» 

Él trabaja en la lonja y hay días que su hija lo hace en otra empresa en el turno que finaliza a las diez de la noche, y cuando es así «me llama para que vaya a acompañarla a casa una vez que guarda el coche en el garaje». Andrés explica que tiene que pedir un tiempo a sus jefes para abandonar sus labores y «hacer de escolta de mi hija», recalcó indignado y preocupado. A Antonio, otro padre, le pasa lo mismo, «y conozco a otros, y a esposos, que le ocurre lo mismo que a nosotros», añadió esta fuente. Pero no son parcos en palabras, con el apoyo de muchos vecinos de A Falperra, para anunciar que si tienen que hacer de vigilantes de seguridad: «Lo haremos como lo hacen estos profesionales, armados». Y subrayan que como les pase algo a algunos de sus familiares «esos indeseables se las tendrán que ver con nosotros».

«Esa medida es una pequeña tirita en una herida tan grande»

Y es que a muchos residentes del barrio y de calles aledañas no le convencen las palabras de la subdelegada del Gobierno, Pilar López Rioboo, y de la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, refiriéndose «únicamente» al incremento de la policía de la zona. «Esa medida es una pequeña tirita en una herida tan grande», indicó con rabia Eduardo. Acompañado de otros vecinos, vieron este viernes un amplio dispositivo policial, pero observaron como los agentes del 091 «entreabrieron la puerta del número 19, llamaron a los okupas y estos ni se asomaron a la ventana. ¿De qué sirven estas actuaciones?», se preguntan.

Le lanzan un mensaje a López Rioboo y a Inés Rey que a ellos no les importa, entre comillas, que una banda viva en unos pisos. «Lo grave, o muy grave y preocupante es lo que hace esa gente: roban, atracan, amenazan con armas blancas, acosan a mujeres, incluso a niñas, alteran el orden público...». Dicen estos vecinos que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado «conocen sus identidades y saben que son los autores de varios delitos, o eso nos dicen a nosotros los agentes, entonces ¿por qué no suben y los arrestan?» Y van más allá: «Una vez sacados de los edificios ocupados, tapiar estos».

Vuelven a insistir: «¡Cómo las autoridades continúen sin hacer nada, solo hablando, como hasta ahora, vamos a ser los vecinos los que tengamos que intervenir, y eso puede ser muy grave! Montaremos patrullas vecinales y vamos a ver si esos individuos son tan valientes». La situación en A Falperra es tan preocupante que algunos trabajadores y operarias de distintos negocios mantuvieron reuniones con sus jefes: «Le hemos dicho que tienen que ser ellos los que hablen con la Policía, porque a nosotros no nos hace caso, y si vienen los agentes los echan fuera del establecimiento y nada más», recalcan.

Manifestaron con preocupación que su trabajo ya no consiste en servir a sus clientes. «Tenemos que hacer de vigilantes, velar por su salud y por la nuestra, porque estos individuos se pasan por donde quieren las medidas para luchar contra el covid-19», dijeron. Este viernes, las jóvenes, de origen español que visitan a los okupas argelinos, «volvieron a montar un nuevo follón». Cuando estuvo el 091 en la calle no se atrevieron a salir ni a la ventana, ni atender las llamadas de los agentes, «pero una vez que se fueron las patrullas, ya comenzaron los movimientos raros», entradas y salidas del edificio, intercambio de mochilas, «e insultos al vecindario y gritando que podía venir la policía cuando le diese la gana, que ellos pasaban de los agentes», recalcaron con resignación, rabia y, sobre todo, un gran nerviosismo «porque esto puede acabar muy mal».

El caso ya está en los juzgados

La subdelegada del Gobierno en A Coruña, Pilar López Rioboo, volvió a pronunciarse sobre el problema «de inseguridad ciudadana» en A Falperra «derivada de la ocupación de dos edificios», el 19 y el 20 de la calle Doctor Fleming, Volvió a insistir que el lanzamiento, la desocupación de los inmuebles «no es posible porque pertenecen a una inmobiliaria que presentó sendas denuncias y por lo tanto el caso está judicializado», subrayó. Por ello, «y de forma momentánea», la única solución «es incrementar la presencia policial».

Revuelo en San Agustín por una falsa denuncia de okupación

La supuesta okupación ilegal de un local en la calle Pontejos creó esta mañana cierta alarma entre los viandantes, vecinos y comerciantes de la zona, a donde se desplazó una patrulla de la Policía Local. Una mujer se presentó en uno de los bajos comerciales del número 8-10 indicando que ese establecimiento era de ella, que la inquilina tenía que desalojar el espacio acusándola de ser una okupa. El revuelo que causó la mujer hizo que la gente se arremolinase en la acera y que, incluso, algunos comerciantes saliesen de su negocio para preguntar qué estaba pasando. Pero ninguno conocía a la supuesta propietaria. «No, no. Este edificio y los locales pertenecen a Dolores, no a esa señora», indicaba el gerente de un establecimiento anexo. Y así fue, ya que la Policía Local confirmó que la inquilina tiene un contrato legal desde hace dos meses y que estaba adecuando el local para la inauguración de su tienda de muebles vintage el próximo jueves. Desde el Ayuntamiento aclararon que la Policía Local actuó de forma rápida ya que se trataba de una supuesta okupación ilegal. «Pero no es cierto. Hay un contrato», indicaron. Vecinos explicaron que la señora que hizo la denuncia estaba un tanto «desubicada» y por momentos se comportaba de forma «agresiva»