Inspiración y naturaleza

Antón de Santiago CRÍTICA MUSICAL

A CORUÑA

La OSG ofreció piezas de Harvey y Beethoven en el segundo abono de la temporada

11 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El segundo de abono de la temporada 20-21 de la OSG tuvo lugar nuevamente en el Coliseo. Director, el portugués Nuno Coelho; dos obras en atril: Tranquil Abiding, del británico Jonathan Harvey (1939-2012; trabajó con Boulez la música electrónica en el Ircam) y la Sexta SinfoníaPastoral’, de Beethoven (1770-1827). A ambas las separan 189 años y, estéticamente, una distancia cósmica. De la transparencia melódica y natural armonía de lo bucólico a la abstrusión tímbrica y acumulativa. Si bien se les podría encontrar un nexo común: la ingenua contemplación de la naturaleza y el mundo en busca de «permanente tranquilidad».

Eso significa el título de la obra de Harvey, tomado del budismo, para conjurar el Duhkha, es decir, la angustia existencial. Con eficiente oficio, procura concentración en un solo punto, referencia de los Mandalas, representaciones espirituales del macro y microcosmos. Inhalación y exhalación. Poca inspiración. Coelho hizo una lectura aséptica y rigurosa, bien secundado. Aplausos.

Beethoven, después de abandonar la idea del suicidio manifestada en su sentido testamento de Heiligenstadt, de «temperamento fogoso y activo», como él mismo dice, aborda dos grandes sinfonías: la Quinta, dramática llamada del destino, y la Sexta, en que la naturaleza es para él, sordo y enfermo, bálsamo y refugio. Bondadosa inclinación que le sitúa en el «despertar de alegres sentimientos», expresado con acentos humanos; la evocación de los pájaros, música propia de la naturaleza, como de la naturaleza son los sonidos de tormenta, perfectamente recogidos en música. La escena junto al arroyo, la animada reunión de campesinos y el himno de acción de gracias presentan a los aldeanos instrumentalmente como en sus Estaciones hiciera Vivaldi y vocalmente hiciera Haydn.

Había que re-conocer, músicos y público, el espacio. La ejecución se inició un tanto indecisa para poco a poco encontrar el elan apropiado. Así director y orquesta apelaron a grandes recursos: fraseo melódico, belleza sonora, conjunciones rítmicas, silencios, dinámicas expresivas ante obra aparentemente sencilla pero exigente. Coelho, solistas y orquesta saludaron largamente.