El 50 % de los centros gallegos con usuarios con covid están en la comarca de A Coruña

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Residencia Ballesol de Oleiros
Residencia Ballesol de Oleiros MARCOS MÍGUEZ

El coordinador del equipo del Chuac que presta apoyo a los centro sociosanitarios insiste en recordar lo obvio: con visitas y salidas prohibidas, el virus no está en las residencias, entra desde el exterior

25 sep 2020 . Actualizado a las 13:20 h.

Cerradas a cal y canto desde el 8 de agosto, los centros donde viven mayores y personas que sufren importantes discapacidades han vuelto, con la segunda oleada, a recibir de nuevo el zarpazo del covid-19. Todavía muy lejos de la intensidad de la pasada primavera, su llegada ha hecho saltar todos los resortes para tratar de proteger a seres especialmente vulnerables, a los que el virus ataca en situaciones la mayoría ya delicadas.

Aunque con un volumen de contagios muy inferior al registrado en complejos de Ourense o Lugo, este miércoles y sin contar a los trabajadores que han dado positivo en SARS-CoV-2, en la comarca coruñesa se encuentran la mitad de los centros sociosanitarios de Galicia con usuarios afectados por los rebrotes. Cinco de ellos son residencias de mayores: Ballesol de Oleiros, con 30 positivos, El Pinar de Culleredo (21), Orpea de Culleredo (2), El Pilar de Bergondo (1), y la residencia de Arteixo (1). Otras dos instalaciones son hogares especializados en la atención a la discapacidad, terreno en el que A Coruña concentra el 100 % de los casos positivos de la comunidad autónoma: 24 internos de la residencia Ricardo Baró de Aspronaga, en Oleiros, y uno en el centro de adultos Pai Menni de Betanzos

Lejos de la primera oleada

Salvo para El Pinar, la casa de la tercera edad que fue intervenida por la Xunta el pasado domingo al quedarse prácticamente sin personal (solo tres trabajadores no resultaron infectados), para ninguna de ellas el coronavirus es un visitante desconocido: todas resultaron también afectadas, en mayor o menor medida, en la primera oleada de la crisis sanitaria, un momento en el que superaron la veintena las residencias tocadas por la pandemia y se alcanzaron jornadas con más de 260 positivos de ancianos y personas dependientes institucionalizadas en la comarca coruñesa. Ayer eran 80.

El propio coordinador del equipo del Chuac que presta apoyo a los centros sociosanitarios lo advirtió en la primera oleada y lo repitió cuando se inició la segunda: «Habrá más», dijo Fernando Lamelo. 

Sin etiquetas

«Que a nadie se le ponga una etiqueta por tener covid -advertía en abril-, por desgracia lo van a tener todos los centros, antes o después. Pasó con la gripe A. En las residencias que he entrado, y llevo muchos años entrando, con los medios que tienen hacen mucho más de lo que pensamos», comentaba.

Ahora, insiste en recordar que «no es mejor la que tiene un caso que la que tiene 40, esto no es una cuestión de ránkings» y subraya también que entre las instalaciones más afectadas figuran algunas de servicios excepcionales y calidad reconocida.

La experiencia lleva a los especialistas a subrayar la importancia de recordar lo obvio: con visitas y salidas prohibidas, el virus no está en las residencias, entra desde el exterior. «El circuito es siempre el mismo: hay un contagio entre el personal por un contacto externo y se incendia todo», describe gráficamente sobre unos centros en los que, defiende, «se hace mucho más de lo que parece», a los que hasta el azar pone en jaque y cuyos inquilinos «ya existían antes de que llegase la pandemia, aunque no se hablase nunca de ellos», lamenta.