El mal tiempo y la escasez de capturas dejan bajo mínimos la actividad en la lonja de A Coruña

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA

Emiliano Mouzo

El poco valor que está llevando el pescado en primera venta también influye negativamente en las operaciones

24 sep 2020 . Actualizado a las 10:43 h.

Las salas de ventas de la lonja de A Coruña están casi vacías durante las últimas madrugadas, pero el descenso de la actividad en el Muro se deja notar, sobre todo, al amanecer y en las primeras horas de la mañana. El sector culpa de la reducción de operaciones, entre otros aspectos, al mal tiempo. Por ejemplo, a la actividad del cerco le influye mucho las fuertes corrientes. Los patrones largan la red, pero la velocidad del mar «non nos deixa ver o aparello e así non pescamos», explicó uno de ellos. Por ello, los cerqueiros suelen hacer un solo lance y vuelven para tierra con escasas capturas.

Además, a este sector le influye mucho las restricciones en las capturas de las especies. «De sardiña temos unha pouquiña  cuota que compramos no golfo de Cádiz e pescamos o mínimo para non esgotala». Y es una pena que el cupo de la sardina gallega ya se agotara «porque hai moita». Y recuerdan desde el sector que las nuevas concesiones no serán hasta «o 30 de xuño do ano que vén».

Lo que está impidiendo amarrar a la flota del cerco son las capturas de jurel cuyo precio puede oscilar entre 0,40 euros el kilo, el pequeño y que se envía para conserva, y el grande se subasta a 3 euros el kilo. 

Y esta temporada los patrones del cerco tampoco están encontrando cardúmenes de pescado fino: sargo o lubina. Tan solo hace unos días un barco puso a la venta unos 4.000 kilos de esta última especie, «pero pagáronna pouco, a pequena a 6,50 euros el kilo e a grande a 10», explicó uno de los patrones.

Tampoco está para tirar cohetes el sector del arrastre del día. «Non estamos pescando nada, pero nada», comentó un armador. Asegura que no encuentran jurel, y sí lirio o bacaladilla, «pero collemos moita cantidade e os precios son baixos». De hecho, parte de las capturas, las piezas más pequeñas, «vai para a fariña», subrayó. Y, a su vez, también se quejan que las Administraciones «xa levan uns catro anos sin deixarnos coller cigala. Esto é unha ruina», denunció con preocupación otro armador del litoral.

Difícil también es la situación del sector de la bajura. El mal tiempo no les deja acercarse a la costa, a los cabezos, y las capturas son pocas, y tampoco los precios en subasta ayudan mucho. Y la escasez de especies en los caladeros se puede ejemplificar con el pulpo. «Saímos para o mar e despois de horas largando e levantando nasas chegammos a terra con 9 ou 10 kilos de polbo. Nunca tal vin desde que desde neno ando o mar, e xa teño os meus anos», explicó desmoralizado José María, armador y patrón de un pulpeiro. Indicó que ya hay barcos que trajeron las nasas para tierra y cambiaron de arte, y otros largan las trampas y esperan dos o tres días para ir a levantarlas para de esta forma «lograr algún rendimento, pero nin así», subrayó con preocupación.

Tampoco está funcionando muy bien la pesquería de altura, del Gran Sol. «Últimamente está fallando el pescado, y lo que traemos para tierra va tirado», dijo un armador. De hecho, en los últimos días la pescadilla de 1 kilo se está subastándose a 1 euro el kilo, y la de los pincheros no pasa de los 2,50. Y toda esta situación deja al Muro desolado, con todas sus puertas cerradas desde el amanecer.